Lo
primero que quiero destacar es que yo pensaba que esta pobre señora era actiz
porno antes de ser cantante, pero resulta que no, que solo lo parece cuando
quiere, con lo cual este disco es mucho más Leticia Sabater de lo que cabría
esperar en un principio.
Lo
segundo es que el disco tiene 16 canciones y dura hora y diez, y tras un solo tema
y cuatro minutos ya tengo más ganas de afeitarme a machetazos que de seguir
escuchando esto.
Porque
es que Fotonovela y otras historias
no se corta, y sigue la fórmula del “si algo mola, o funciona, repítelo un
millón de veces hasta que la gente quiera prender fuego a la saga Terminator”. Y así hace el tema homónimo
(más o menos) al disco, “Fotonovela (Video Edit)”, una canción de baterías
machaconas y ritmos discoqueteros mediterráneos, pero de letra profunda, que
toca temas de teoría musical, biología, astronomía, fotografía y gastronomía, que
se repetirá hasta en dos remixes distintos más, al final del trabajo.
“Yo te siento así” es una canción de ritmo alegre y tono simpático, con voces
sugerentes y letra profunda, que podría estar dedicada tanto al amor de su vida
como a su flora intestinal. Está bien, porque así se cubre las espaldas, con lo
que le perdonamos el autotune que hace que parezca un teleñeco puesto de helio.
La
canción que sigue, “El Baile de Tata”, va de un baile muy simple, apasionado,
caliente y divertido, pero nos gusta. La base instrumental creo que está
compuesta con una de esas cosas de sonidos pregrabados que se dan a los niños.
Es algo discotequero para bailar con marineros y caballos o algo así. Y con
maricas y maricones, creo. Los tambores están bien y la letra es profunda y de
rimas parnasianas. Tiene un algo que me recuerda terriblemente a Melody,
después del pseudo-rap. No sé si eso es bueno.
La
mitad del tema anterior está reutilizado (yo creo que incluso las mismas tomas,
sin cortarse), en la canción que sigue, que fue lo que dio fama a esta artista
italiana en España. Y es que “Micromanía (Original Mix)” es probablemente la
canción más trabajada y de letra más profunda del disco. Habla de micrófonos, y
de tambores, y de anatomía femenina, y de actos de reproducción, y de comer
piruletas. Y nos enseña a contar y a hacer pruebas de voz. Las rimas son un
derroche de ingenio tal que tienen que sonar gemidos para rebajar la excitación
intelectual.
Cinco
minutacos después llegamos a “Baila el Chiki Chiki”. Parece imposible, pero una
canción que empieza con el grito “¡perrea, perrea!” tiene una letra profunda y
una composición electrónica digna de Eurythmics. La letra combina la original
de Rodolfo Chikilicuatre con fragmentos de “Micromanía” (en el disco solo canta ella). Y todo lo que tenga
cosas de “Micromanía” (de la canción, no del programa, no os paséis), es mejor,
y lo sabemos todos.
Encontramos
sonidos tribales en “Mentirosa”, una canción con acompañamiento de voz
masculina (un tenor adelantado a su época), que al tiempo que explora el
universo interior de la artista con una combinación de lo moderno y lo
tradicional que resulta muy acertada, nos presenta una letra profunda con
reminiscencias de Neruda, Wittgenstein y David Civera. La repetición ayuda a
reforzar un mensaje que nunca está de más.
“Noche
loca” es una canción de letra tan terriblemente profunda que Tata tuvo que
acudir al inglés, porque en español no encontraba palabras. Yo soy un poco
zote, y me pierdo con estas cosas, pero creo que habla de la noche en que hizo
en su casa una proyección de cine de Tarkovsky y Eisenstein junto con su club
de Filosofía. No estoy seguro, pero me da esa impresión fuerte. La música, por
supuesto, es compleja y variada, aunque eso es lo de menos.
También
hay pronunciaciones inglesas en la base precolombina de la música de “Back To Valencia”. La letra, muy profunda, se concentra en versos breves y
contundentes, y aunque pueda parecer que habla de fiesta y sexo, y reutilice
fragmentos de “Micromanía” otra vez, en realidad está basada en el poema “Castilla”
de Manuel Machado, y en la reconquista de la ciudad mediterránea por el Cid.
Que sí, que os lo digo yo. Por desgracia, la canción solo dura 6:38 minutos,
con lo que no se puede ahondar más en tema tan interesante (pero hay tiempo
suficiente, eso sí, para dilucidar incógnitas geográficas, como la localización
de Las Palmas).
No
hay que deprimirse, ojo, porque en seguida llega el primero de los remixes: “Micromanía
(2009 Remix)”. Es peor que la original, porque dura menos, pero a pesar de
reorganizar todos los versos, repetirlos más, y enmarcarlos en una batería
machacona, la letra sigue siendo profunda.
“La Pastilla (Tribal Mix)” también tiene una letra muy profunda. Tomando una base e
idea similares a las de su gran éxito (si la fórmula funciona…), hace un tema
intrincado y alegórico sobre lo oscuro y terrible que resulta el mundo de las
drogas de diseño, con una crítica mordaz hacia la industria química y el
tráfico internacional, desde el punto de vista de una adicta que se rebela para
huir de esa espiral autodestructiva; todo ello se disfraza de música club
discotequera para aportar mayor fuerza al mensaje.
La
letra profunda de “Vuelta tribal”, después de medio minuto de gritos hentai y
repeticiones que nos ayudan a despejarnos antes de entrar en materia, nos hace
un magnífico recorrido por los lugares más destacables de la geografía
española, siendo un verdadero homenaje a su cultura histórica. Si se le puede
poner alguna pega es su evidente interés turístico, pero el virtuosismo
percusional de la batería hace que todo lo demás quede convertido en agua de
borrajas en Cabo de Gata.
Con
“Bailando”, Tata Golosa nos demuestra que a una letra profunda y trabajada
sobre los distintos rituales de cortejo y apareamiento en los rincones sórdidos
de la noche de una juventud, pueden acompañar perfectamente autotunes, susurros
guturales e instrumentos propios de la boda de Satanás.
Llegamos
por fin a la última pieza nueva del disco, “Gusta más”. Su letra, como cabía
esperar, es una soberana mierda.
“Micromanía
(Javi Boss Remix)” es incluso más largo que la original, y eso que está
acelerada fuertemente. El resultado final es que Tata parece haber sido poseída
por el Correcaminos, y la instrumentación se enmachacona y estridenta de manera
innecesaria en no siendo esto un tema de Marilyn Manson. Y, por alguna razón,
además es feliz.
Dos
covers cierran el trabajo: “Fotonovela (Tanzamomo 80’s Remix)” y “Fotonovela
(Dance69 Remix)”. Si tuviera que elegir uno de ellos probablemente eligiera
suicidarme, pero ya que no me queda otra, el primero, que es más corto. Y el
teclado del final es muy gracioso. La segunda es esencialmente lo mismo, pero
más distorsionado, picadito, y mezclado por alguien que supo lo que era el
ritmo cuando leyó una novela de Carmen Laforet.
Y
esto es una de las mejores obras de la historia del pop-technotrancico-precolombino-tribal-austrohúngaro-porno
de España. Hecho por una madonna italiana.
He
leído por ahí que una edición del álbum lleva "las braguitas de Tata Golosa". Espero
que sea mentira, sinceramente. Pero las fotos están ahí.
Allez-y,
mes ami!
Buenas tardes, y buena suerte.
P.D: hay varios temas o remixes in-encontrables en la red. Por suerte, está el disco completo en el Espotifai.
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¿Tengo
que escuchar esto?: ¿por qué no?
Si
solo tuviera que escuchar una canción: “Micromanía (Original Mix)". Es un clásico
atemporal.
¿Dónde
debería escuchar esto?: eh, chaval, ¿quieres la pastilla roja o la pastilla
azul?
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: no hay más. En ningún lugar del multiverso.
Leticia Sabater lo intentó con “Mr. Policeman”, pero no le hicimos mucho caso. Aunque la discográfica sea la misma.
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