domingo, 10 de diciembre de 2017

Rockrítico Weekly: Adam Green + Robyn + That Petrol Emotion

ADAM GREEN - FRIENDS OF MINE (2003)



A primera vista, Adam Green es otro de esos cantautores indie que son bichos raros con una guitarra en su habitación. Ex-miembro de los Moldy Peaches, banda puntera del movimiento anti-folk neoyorquino que también vio nacer como artista a la persona que nos ocupará en la crítica de la semana que viene, lo que nos ofrece "Bluebirds" de entrada es un sonido soleado y melancólico, como un pop barroco y algo twee, muy de otra época, aliñado con algunas de las letras más extrañas que recuerdo ("Cleaning out my wisdom teeth / I found a diamond in my gums"). La voz de Green es cálida y grave, no especialmente expresiva, pero para eso están las cuerdas, para añadir el preciosismo cuqui que evita que las canciones se parezcan a las de un campamento episcopaliano.

Las canciones duran lo justo: "Jessica" es una balada de dos minutos y medio sobre Jessica Simpson y lo falsa que es, y resulta conmovedora de alguna manera extremadamente extraña. Green está siempre por delante en la mezcla de una manera casi agobiante, aunque la parca instrumentación hace que sea más llevadero: una batería muy sutil, una guitarra acústica, un bajo, y por supuesto las cuerdas. "The Prince's Bed" habla de esposas muertas y amigos nazis y Jesús, y es que como ya he mencionado, las letras son más una serie de imágenes incoherentes con la intención de subvertir los temas habituales del folk, y eso cuando se entiende: "Friends of Mine" es un tema romántico al uso, con un sonido de girl group sesentero maravilloso, hasta que uno empieza a pensar que la pareja protagonista son dos narcotraficantes escapando de la policía. y lo que se intuye en "Bunnyranch" es también bastante turbio. Y de las letras de "I Wanna Die" y "No Legs" no digo nada ya. Un disco profundamente bizarro, pero superficialmente accesible.

VALORACIÓN: 6.5

GÉNERO: Folk-pop barroco outsider.


ROBYN - BODY TALK (2010)




La sueca Robyn perfectamente hubiera podido ser tan grande como Lady Gaga, o Sia, o cualquiera de estas estrellas del pop que no encajan perfectamente en los estándares de la industria (aunque ahora ya han creado escuela). Pero aunque goza de prestigio y de la admiración de la crítica, no ha logrado conquistar el mundo aún. Lo más cerca que ha estado es Body Talk, que se puede ver como un recopilatorio de singles, la unión de dos EPs, o un disco de estudio. Sea como sea, no hay fisuras: el disco se abre con un himno archiconocido llamado "Dancing On My Own", cuya esencia discotequera tan fundamental ha sido desecrada por versiones acústicas de mierda sin alma alguna como tantas otras grandes canciones. Pero qué le vamos a hacer.

La especialidad de Robyn es, por tanto, temas bailables pero contundentes y con fuerza: no usaré el cliché de "mujer de hielo" pero títulos como "Fembot" o "Indestructible", que cuenta con un solo de sinte a caballo entre Bach y Moroder, pueden hacer pensar a uno en eso. Es cierto que la distancia escandinava puede aparecer de vez en cuando, pero arpeggios tan brillantes como los de "Hang With Me" son capaces de derretir cualquier cosa. Las mejores canciones aquí son edificantes, como lo es "Call Your Girlfriend", épica con todas las letras, que usa un sample de la voz de Robyn para marcarse otro solo muy creisi. Quizá se hace un poco largo, aunque la espera nos recompensa con el gran final que es "Stars 4-Ever". Un disco de pop excelente. Abstenerse alérgicos a los bajos sintetizados machacones, eso sí.

VALORACIÓN: 7

GÉNERO: Synthpop discotequero.


THAT PETROL EMOTION - MANIC POP THRILL (1986)



La verdad es que no había oído nunca hablar de That Petrol Emotion, descendientes directos de los punk poperos Undertones que tanto gustaban al mítico John Peel. Prometen excitante pop, y si Wikipedia dice la verdad, aseguran tener influencias de gente tan variopinta como The Beatles, Can, Afrika Bambaataa o Sly & the Family Stone. ¿Así que como no me iba a poder la curiosidad? El disco se abre con un puñetazo encima de la mesa llamado "Fleshprint", que combina un ritmo rockabilly con una urgencia punk, como una especie de Clash indies.

Las disonancias post-punk de "Can't Stop" no consiguen ocultar una evidente sensibilidad por la melodía, que es más obvia en los singles que salieron para promocionar el disco: "A Natural Kind of Joy" es un caprichillo que recuerda a los Split Enz, y que rompe por completo los esquemas (¿mala elección como single tal vez?); por su parte, "It's a Good Thing" supone la fusión definitiva entre los Jesus & Mary Chain, Television y los Teardrop Explodes (gran elección, sin duda). Otros temas destacados son el machacón "Mouth Crazy", con unas guitarras atonales espectaculares, y el aún mejor "Tightlipped", con un ritmo surfero imposible de ignorar. Puede que se parezcan bastante poco a sus supuestas influencias, pero su música es consistente, disfrutable, y en bastantes casos muy original.

VALORACIÓN: 6.5

GÉNERO: Pop punky-alternativo.

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