miércoles, 22 de noviembre de 2017

The Seatbelts - Cowboy Bebop (1998)



ÁLVARO: Que bonito es todo este Noviembre, este Japomés que tantos descubrimientos nos ha regalado. Mientras veo la final de MasterChef, escribo esto con mi querido Jorge, que hoy será el verdadero alma de la reseña. Hoy nos toca la banda sonora de un anime que no he visto, y él se ha tragado en una semana sólo por esta crítica. Así que en tus manos dejo la introducción.

JORGE: Oioioioi. Pero qué ilusión que me hace ser el hihan no tamashī hoy, jope. Cierto es eso de que me he tragado al completo Cowboy Bebop esta semana, con la excepción del último capítulo doble que no he podido finiquitar porque mi internet es basura. Cuestión esa aparte, para quien no la conozca, la serie es una suerte de space opera muy influida por el western y el noir, que destila a chorros amor por la música: cada capítulo, de hecho, lleva por título el nombre de una canción. Y de esa guisa, responsabilizaron a los Seatbelts, liderados por Yoko Kanno, que ya había trabajado en cosiñas en cine (arreglos para Miyazaki, y todo), TV, juegos y anime, de la banda sonora. Aunque en realidad eso no es del todo cierto: responsabilizaron a Yoko, que formó Seatbelts ex profeso para la banda sonora del anime. Como sea, eso dio pie a cuatro discos solo de la serie original, y luego más cosillas sueltas por aquí. Y de esa producción este es el primero y más destacado. Y tal.

A: Una de las críticas que algunos individuos de la especie humana achacan a quienesquiera que lanzó estos discos al mercado es que decidieron diseminar los “temazos” de la serie en los distintos recopilatorios para vender más. Yo no he escuchado otros discos de Cowboy Bebop, así que no sé si tú que has visto la serie has podido echar algo en falta.

J: A decir verdad, sí. No he escuchado yo tampoco el resto de álbumes, pero en comparación con la banda sonora de la serie, esta primera entrega tiene para mi gusto dos graves carencias: la ausencia casi total de temas no instrumentales (solo hay uno, y a lo largo de la serie saltan unos cuantos bastante notables), y cierta falta de variedad. El disco está centrado principalmente en el bebop, con concesiones a otros estilos, tanto dentro del jazz como fuera de este. O eso creo, tampoco soy un experto. Pero vamos, queda muy lejos de la serie, donde tan pronto suena un tema de jazz como te lanzan heavy metal o pop a la cara.

A: La verdad es que eso hace que me apetezca muchísimo darle una pasada a esos otros álbumes. Porque es que este primero que nos ocupa me parece fantástico, sin ser yo tampoco un fanático del jazz. Es un bebop, tal vez, que es más primitivo y simple, más divertido que algunos géneros más sesudos. El tema de apertura, “Tank!”, que tengo entendido que es el tema de inicio de la serie también, es una bomba de relojería. El bajo golpea violentamente, el saxofón chilla, y la melodía se queda en la cabeza durante días y días. Muy espectacular, una declaración de intenciones en toda regla.

J: Así es, abre la serie de una manera espectacular, tanto es así que me quedaba embobado con la intro a cada capítulo que me ponía (especialmente con los últimos momentos). Es, sin duda, el tema estrella de la serie, y quizás el que mejor define a la banda sonora de entre los más conocidos. Porque ahí tendríamos, por ejemplo, “Rain”, cerca del final, una balada super recargada, con órgano, coros y gritos desgarrados, que es una de las piezas más importantes del disco (la única con letra). Y el cierre del álbum, claro, “Memory”, una simple melodía de caja de música que tal vez a Álvaro no le diga mucho, pero que cuando uno ve la serie es sin duda una de las que se te quedan en la cabeza por más tiempo, dado su significado. Quizás parece precipitado tras este párrafo lo que dije antes de la falta de variedad, pero creedme, desde un punto de vista relativo, la variedad de esto no existe en comparación con la de la serie.

A: Soy muy fan de “Rain”, la canción que más me gustó en la primera escucha años ha (aunque parece ser que mucha gente la odia). Y me gusta que tengamos distintos enfoques sobre la banda sonora. Los temas más jazzeros me gustan mucho por lo general, tanto el loco “Rush” como “Too Good Too Bad”, quizá un homenaje demasiado literal al “Chameleon” de Herbie Hancock. Pero es que aquí hay de todo. Otra de mis favoritas es la medio africana/oriental/exótica “Space Lion”, la pieza más extensa del disco. Es un poco ambient, con tambores tribal y cánticos en un idioma desconocido, y transmite una paz y una serenidad dignas de un monasterio tibetano.

J: “Space Lion” podría ser fácilmente mi canción favorita del disco. En general lo son los temas más lentos, y los que se alejan un poco del jazz o del blues de la línea de “Spokey Dokey”. Que no me disgustan en absoluto, pero la serie me hace asociarlos a los momentos de acción o de “no está pasando nada” (“Cat Blues” es eso, ni más ni menos), mientras que los otros son lo más cercano a la profundidad filosófica que todo el mundo le achaca al anime y que yo no he visto mucho. Quizás porque he visto demasiada ciencia ficción, o quizás porque no he leído a Sartre ni a Camus. Bueno, total, que la otra gran balada del disco, tras las dos ya mentadas, sería “Waltz For Zizi”, una pieza que parece sacada de cualquier composición de Joe Hisaishi, bucólica como ella sola. Y luego, otra de mis favoritas, “Cosmos”, retrotrae muchísimo a esa influencia noir de la que hablaba antes, y que a ratos hace que Cowboy Bebop beba quizás mucho de Blade Runner. Cosa que mola, por otra parte.

A: Hay bastante de Blade Runner en algunos puntos de la banda sonora. En la misma “Space Lion”, sin ir más lejos, me suena mucho a ciertos momentos de la música de Vangelis para esa película. Otros ratos suena un poco a Badalamenti, o Nino Rota. Todos los grandes de poner música a imágenes, vamos, a los cuales se incorpora de sobra nuestra querida Yoko Kanno a partir de ahora. Lo que no es en absoluto es una música muy japonesa, porque todas las influencias aquí son norteamericanas a más no poder (y me dicen que el anime en sí es similarmente yanqui en inspiración). Lo mismo el country de “Felt Tip Pen” que el blues de armónica que aparece en “Spokey Dokey” o “Digging My Potato”. Los temas más inclasificables son, quizás, el Brubeckiano “Piano Black”, un vals jazz con sonidos bastante alienígenas, y “The Egg and I”, una especie de folk campestre con flautines y slide guitar. Ah, y también hay ska en el disco. Porque sí.

J: “Bad Dog No Biscuits” pinta un poco tirando a nada, pero en el caos sonoro que es esto tampoco es que quede fuera de lugar. Como dices, hay poco poso japonés aquí, como lo hay en la serie, aunque en el fondo… La serie es básicamente una space opera, que es un género que bebe mucho del mismo western que se cimentó en base a películas de samuráis. Así que quizás al final queda todo un poco en casa. Oh, y en cuando a la inclusión de Yoko Kanno entre esa gente grande que pone música a imágenes (que secundo), cabe destacar que Cowboy Bebop fue su primer trabajo digamos de primera primerísima línea, pero no se quedaría ahí: la hemos podido escuchar en otros clasicazos de la animación japonesa, como son Ghost in the Shell o la injustamente olvidada Wolf’s Rain.

A: Cosas para frikis, todas ellas. Pero bueno, cada uno es cada uno. ¿Hay algo más que añadir? Porque hemos dicho tantas cosas, o a mi me lo parece a lo mejor.

J: Yo por mi parte no creo tener mucho que añadir. Podemos pasar a las notas, si quieres.

A: Estupendamente. Yo por mi parte le doy un fabuloso 7.5, . Un clásico de culto que me parece más que decente.

J: Yo estoy confuso. Confuso e indeciso. Tras la primera escucha le iba a dar un 7/7’5, cuando empecé a ver el anime saltó al 8’5/9, y cuando me di cuenta de que no le hacía justicia a la banda sonora realmente volvió a bajar fuerte… Pero la última escucha y análisis le ha hecho subir de nuevo. Supongo que ponderando podría ponerle un… 8’25. Ya está. Y todos contentos.

A: Que montaña rusa emocional tu valoración. Pero me parece correcta. Tenía pendiente la serie, aunque tampoco me la has puesto demasiado bien. ¿Peor que Prometheus entonces?

J: Ignoraré esa última pregunta. Y no era mi intención ponerla mal en absoluto: la banda sonora es de matrícula de honor, la animación es una pasada, y la trama, aunque un tanto predecible, está bien llevada y entretiene. Creo que está bastante sobrevalorado el poso filosófico existencialista que tiene, que no rivaliza mucho con el de otras grandes obras de ciencia ficción, pero más allá de eso, es una aproximación de enorme calidad y muy realista al género. Cazarrecompensas en el sistema solar con jazz de fondo. Qué más quieres, hombre, si es la definición del molerío.

A: Bueno, una pregunta menos troll: ¿mejor que Firefly? Aunque no sé si has visto Firefly.

J: He visto tan solo Serenity, porque me gusta hacer las cosas al revés. Pero le recomendaría Cowboy Bebop a cualquier fan de Firefly/Serenity, y viceversa (no sé cuál es mejor, y no quiero entrar en un terreno tan polémico). Es un clásico de la ciencia ficción ya, y del anime en general.

A: Bueno, con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. O algo. Concluya usted.

J: ¿Grito cosas al azar?

A: Pues claro.

J: 戦いは唯一の方法です, 既にアニメ!!!

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