CORNELIUS - FANTASMA (1997)
Cornelius, pseudónimo de Keigo Oyamada, es uno de los nombres que más se asocian a la escena Shibuya-kei, el artificioso indie japonés de sonidos brillantes y coloridos y que de hecho es una de las corrientes niponas que más ha repercutido en otros artistas (en España mismamente tenemos a La Casa Azul, chiclosos como ellos solos). Shibuya es el epicentro cultural de la juventud tokiota, y se supone que la gente más cool de allí escucha cosas como esta. Fantasma es un totum revolutum de samples, trucos de estudio y juegos infantiles que se abre con un minuto de efectos de sonido hasta que un beat hip-hopero rompe con todo. Es "Mic Check", una especie de rap en el que la única letra es el título, repetido una y otra vez, y que se mezcla con teclados de ensueño hasta que Cornelius decide parar y pasar a "The Micro Disneycal World Tour". La cortinilla de arpas que en Hollywood significa "secuencia onírica" se utiliza a lo largo del disco con gran efectividad.
Este segundo tema es un pop psicodélico como de carnaval siniestro, moderno y clásico al mismo tiempo (esas cuerdas romanticonas que aparecen en la segunda mitad son sensacionales). La tercera canción de este potente inicio, y tal vez la mejor de las tres, es "New Music Machine", que decide ser indie rock con guitarras llenas de feedback pero de una manera muy despreocupada, que solo podría provenir de Japón. Quizá tiene mucho que ver esa batería de breakbeat, que le despoja de mucha seriedad, o también esas melodías tan lustrosas. No hay descanso, aunque "Star Fruits Surf Rider" parezca un respiro. Es un tema relajado, al principio, pero en el estribillo entra un ejército de glitches electrónicos que invaden el espacio, haciendo imposible el descanso. Cuando este por fin llega es en "Chapter 8 ~Seashore and Horizon~", un tema de folk hippy con armonías beatlescas y que sale prácticamente ileso de experimentaciones varias. El disco es recomendable, pero la experiencia termina asemejándose a tener a los Animaniacos alrededor intentando entretenerte sin parar durante 50 minutos.
VALORACIÓN: ✓7
GÉNERO: Pop de dibujos animados.
FLOWER TRAVELLIN' BAND - SATORI (1971)
La tradición psicodélica de Japón viene de lejos, y está claro que grupos como Les Rallizes Dénudés o los Flower Travellin' Band que nos ocupan hoy han tenido una enorme influencia en grupos más recientes como Acid Mothers Temple o Boris, de los que nos ocuparemos a su debido tiempo. Este es otro álbum complicado de reseñar, en este caso por ser una pieza íntegra de cuarenta minutos, dividida en cinco partes más o menos poco conectadas. He de confesar que odié por completo este álbum la primera vez que lo escuché, no estando preparado para cosas como el chillido inicial de Joe Yamanaka, que en el fondo tampoco es tan distinto del de un Ozzy Osbourne. La parte 1 viene dominada por un riff de tritono excelente que hará las delicias de todo fan del metal primitivo.
La parte 2 se abre con un asalto de doble guitarra y tiene un trabajo interesante en la percusión, qu mantiene un ritmo sincopado y tiene unos segundos para brillar por si solo. El tono de la guitarra se acerca demasiado a un zumbido molesto, pero es sólo en esta pista. Otro riff majestuoso vertebra la parte 3, del que se deriva un solo improvisado que parece tener la intención de dejarte en estado de trance. Luego coge carrerilla y se acelera, convirtiéndose en un potente instrumental. Lo más happy que hay aquí es la parte 4, que suena un poco a Cream y nos presenta hasta un solo de armónica. Y, por último, la parte 5 es una extraña locura, quizá lo más doom del álbum. Sin duda lo infravaloré en su día, y aunque tampoco es mi tipo, es un interesante ejemplo de cómo un género que empezaba a forjarse cruza el mundo entero y es absorbido por una cultura completamente distinta de la original.
VALORACIÓN: ☂6.5
GÉNERO: Proto-doom metal
MONO - YOU ARE THERE (2006)
El post-rock es ese género musical tan apreciado por unos pocos, de temas eternos con espectaculares crescendos, guitarras dramáticas y baterías ominosas: tiene la instrumentación rock pero estructuralmente se parece más a la música clásica. MONO son los máximos exponentes japoneses de este género, y todas las características de éste aparecen como si estuvieran verificando una checklist. Tenemos cuatro cortes laaaargos, de más de diez minutos, el primero de los cuales es "The Flames Beyond the Cold Mountain" (referencia a la portada, supongo). Las guitarras crean un denso muro de sonido que comprime a la batería, con un resultado que se asemeja casi al black metal. La dinámica suele ser siempre la misma, ya perfeccionada por bandas como Godspeed You! Black Emperor: comienzo suave, gran explosión, coda suave de nuevo (aunque aquí antes del final vuelve a revolucionarse todo).
Y podría seguir hablando, pero tampoco hay mucha más variación: podría utilizar las mismas palabras para describir "Yearning", aunque quizá el build-up sea más calmado. "Are You There?" tiene una sección intermedia un poco distinta, con unas conmovedoras cuerdas. La gran conclusión es "Moonlight", que es lo más similar a una desviación de la pauta: las guitarras trinan, los violines embriagan, las baterías arrollan, pero se hace con mucho más gusto y delicadeza, con un clímax de mayor peso. La valoración final es que MONO es una de las bandas que más estrictamente siguen la fórmula del post-rock, y en ese sentido, es una fantástica manera de introducirse en el género (igual que Explosions in the Sky, por ejemplo). Pero si ya eres aficionado y no los conoces, aunque su música es perfectamente placentera, no te estás perdiendo nada.
VALORACIÓN: ☂6.5
GÉNERO: Post-rock genérico.
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