JANE SIBERRY - THE WALKING (1987)
Jane Siberry es difícil de describir, aunque si comenzamos con el patrón de Kate Bush (que es algo relativamente habitual), y añadimos un mayor desdén hacia las estructuras convencionales del pop, sin que esto signifique un abandono total de las melodías con gancho, nos aproximamos bastante. El álbum es hijo de su década por completo, y hay fragmentos (cortos, eso sí), que podrían pertenecer a cualquier single de éxito de la época. Como el espacio musical es gratis, la canción de apertura dura más de 9 minutos, pero no se nota porque hay suficientes ideas en ella como para un disco entero. "The White Tent The Raft" es extrañísima y mágica, con sonidos sofisticados como el siempre agradecido bajo sin trastes. Es musicalmente abierta, en el sentido de que parece que puede ir a cualquier sitio en cualquier momento, con acordes que rara vez dan un sentimiento de finalidad. Es para escucharla.
La voz de Siberry tiene un poco de ensueño y de autoindulgencia, es un fino pincel que adorna las complicadas pinturas de la música. Impresionismo puro es "Red High Heels", en la que Siberry pone a prueba su registro con gorgoritos oníricos dignos de Liz Fraser (pero más comprensibles), mientras que en "Lena Is a White Table" juega con su propia voz y mantiene distintas conversaciones con el oyente a la vez. Hay intensidad y luz, es absolutamente ambicioso y tremendamente asequible a su manera. "The Walking (And Constantly)" es similarmente bella, si bien algo menos complicada que las anteriores estructuralmente. Es un disco espectacular, desconocido aunque merezca ser un clásico.
La voz de Siberry tiene un poco de ensueño y de autoindulgencia, es un fino pincel que adorna las complicadas pinturas de la música. Impresionismo puro es "Red High Heels", en la que Siberry pone a prueba su registro con gorgoritos oníricos dignos de Liz Fraser (pero más comprensibles), mientras que en "Lena Is a White Table" juega con su propia voz y mantiene distintas conversaciones con el oyente a la vez. Hay intensidad y luz, es absolutamente ambicioso y tremendamente asequible a su manera. "The Walking (And Constantly)" es similarmente bella, si bien algo menos complicada que las anteriores estructuralmente. Es un disco espectacular, desconocido aunque merezca ser un clásico.
VALORACIÓN: 21/30
GÉNERO: Art pop exuberante.
THE LUCY SHOW - ...UNDONE (1985)
Me ha costado conseguir reseñar este disco por ser incapaz de encontrar algunas canciones del mismo, pero por fin está aquí. Sé que todos lo estábais esperando. The Lucy Show pertenece al archiconocido género del post-jangle-new-wave-psicodélico o como fuera que lo llamara, donde las guitarras reverberan, los bajos retumban, y los teclados pasan por allí de vez en cuando. ...Undone es la ópera prima de este ilocalizable grupo. La oscuridad es un atributo frecuente de grupos de la misma onda, pero hay algún factor que los convierte en un faro luminiscente. Irónico pues, que la canción que lo abre se llame "Ephemeral (There Is No Heaven)". La voz es suave, casi andrógina, y envolventes coros la rodean a menudo: es lo que verdaderamente separa este disco de otros de similar calibre. Las limpias guitarras son neo-psicodelia en estado puro, igualitas a las de The Church o The Teardrop Explodes.
El tañido de un sintetizador inaugura la que es mi canción preferida del álbum, una joya algo pastelosa llamada "Come Back to the Living", hipnótica pero acogedora. Más gótica es "The White Space", con una interpretación bastante reminiscente de Robert Smith. La producción era ya anticuada en la época, con un sonido embarrado como si proviniera permanentemente de un vinilo grabado en una cinta que luego fue cincelada bit a bit hasta dar lugar al archivo mp3 en cuestión (o lo que escuche cada cual). Una de las maravillas de la digitalización de estos incunables es que cada versión que encuentres va a estar a unas revoluciones distintas, ¡y cuál será la verdadera!. "The Twister" parece Soft Cell, "Better on the Hard Side" tiene un llamativo violín y "Undone" parece contener el mismo riff de "Come Back to the Living" con un par de notas más de regalo. Como dirían los británicos, esta es exactamente mi taza de té.
El tañido de un sintetizador inaugura la que es mi canción preferida del álbum, una joya algo pastelosa llamada "Come Back to the Living", hipnótica pero acogedora. Más gótica es "The White Space", con una interpretación bastante reminiscente de Robert Smith. La producción era ya anticuada en la época, con un sonido embarrado como si proviniera permanentemente de un vinilo grabado en una cinta que luego fue cincelada bit a bit hasta dar lugar al archivo mp3 en cuestión (o lo que escuche cada cual). Una de las maravillas de la digitalización de estos incunables es que cada versión que encuentres va a estar a unas revoluciones distintas, ¡y cuál será la verdadera!. "The Twister" parece Soft Cell, "Better on the Hard Side" tiene un llamativo violín y "Undone" parece contener el mismo riff de "Come Back to the Living" con un par de notas más de regalo. Como dirían los británicos, esta es exactamente mi taza de té.
VALORACIÓN: 21/30
GÉNERO: Post-post-punk acaramelado.
THRICE - THE ARTIST IN THE AMBULANCE (2003)
Thrice podrían ser confundidos con casi cualquiera de estas bandas de emo hardcore que gritan y se quejan y viven en las tinieblas de su habitación en una cómoda casa de los suburbios. Y no es mi objetivo juzgar si se lo merecen, pero diría que se elevan por encima de la media. Escuchemos la apertura, "Cold Cash and Cold Hearts", con sus cuidadas cuerdas. Estas bandas tienen un control excelente de la dinámica, y Thrice no es menos: saben dejar un tiempo muerto para que cuando las guitarras y el griterío y la poderosa batería (los baterías suelen ser también excelentes) retornan al terreno de juego, a uno le den ganas de agitar la cabellera locamente.
No se abusa del berrido gutural (salvo tal vez en "Paper Tigers"), reina la melodía pop-punk que fue la banda sonora de una generación (¿perdida?). Y de nuevo, cuando aparece, como en "Under a Killing Moon", mientras hablan de quemar brujas, es un recurso que casi apetece. Ningún tema dura más de lo necesario, son doce cápsulas de energía y rabia y con algún truco armónico bajo la manga, como en el single pricipal "All That's Left", cuyo pegajoso estribillo es un punto álgido. Similar es "Stare at the Sun", que bien podría haber sido tema de fondo de miles de perfiles de MySpace. Los complicados riffs y la habilidad técnica continúan en "The Artist in the Ambulance", otro highlight. Sea o no un género denostado en la actualidad, Thrice demuestra que se podía hacer muy bien.
No se abusa del berrido gutural (salvo tal vez en "Paper Tigers"), reina la melodía pop-punk que fue la banda sonora de una generación (¿perdida?). Y de nuevo, cuando aparece, como en "Under a Killing Moon", mientras hablan de quemar brujas, es un recurso que casi apetece. Ningún tema dura más de lo necesario, son doce cápsulas de energía y rabia y con algún truco armónico bajo la manga, como en el single pricipal "All That's Left", cuyo pegajoso estribillo es un punto álgido. Similar es "Stare at the Sun", que bien podría haber sido tema de fondo de miles de perfiles de MySpace. Los complicados riffs y la habilidad técnica continúan en "The Artist in the Ambulance", otro highlight. Sea o no un género denostado en la actualidad, Thrice demuestra que se podía hacer muy bien.
VALORACIÓN: 20/30
GÉNERO: xXEmoHardcoreXx
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