REDSKINS - NEITHER WASHINGTON NOR MOSCOW... (1986)
Ni siquiera la inesperada defunción de mi computadora ha sido capaz de detener mis ansias de escribir. Bueno, si que lo ha hecho, pero no quería frenar "Rockrítico Weekly" en su segunda semana de existencia. El primero de los álbumes que nos ocupa pertenece a una banda con un nombre a priori racista que no es más que una provocativa chanza que denota las creencias marxistas de estos jovenzuelos. La música que nos ofrecen los Redskins es una especie de soul punkarra bastante sui géneris, de ritmos acelerados, órganos, metales y una actitud revolucionaria. "Kick Over the Statues", nos exhortan, y parecen bastante convincentes.
Cualquier atisbo de sermón contestatario, en cualquier caso, es diluido por lo divertido de la música, que es algo así como una mezcla de Paul Weller en The Jam y Paul Weller en The Style Council. Y un muchito de los Clash, claro. El tema culmen bien podría ser "Keep On Keeping On": esos vientos que dan pie al estribillo con el título son ciertamente gloriosos, por no decir que son bien chingones. "Bring It Down" está más en la onda del funk y el soul de los 60, con un estribillo casi sacado de Eddie Floyd. Añadimos la fantástica "Lean on Me" (que es un poco "Keep On Keeping On" 2.0) y nos queda un disco más que resultón.
VALORACIÓN: 20/30
RECOMENDADO PARA: Comunistas optimistas. Si es que hay alguno.
Betty Davis, no confundir con la actriz de ojos ahuevados sobre la que cantaba Kim Carnes, era la esposa de la deidad del jazz Miles Davis, y también una influencia en su música, más concretamente en su incorporación de elementos rock (ella era amiga, quizá algo más, de Jimi Hendrix). Salseos notwithstanding, este debut es una muestra de funk de raíces. La voz de Betty es apasionada y rasgada, y la instrumentación rebosa groove y psicodelia a lo Sly Stone por los cuatro costados. Por si esto fuera poco, le acompañan leyendas como el bajista Larry Graham o el guitarrista Neal Schon.
El tema se abre con una épica y sudorosa "If I'm in Luck I Might Get Picked Up", con una Davis que se desgañita mientras se repite un insistente riff de guitarra. Sería difícil imaginar un funk más sórdido. "Anti Love Song", como uno puede imaginar, no es apta para todos los públicos: aquí Davis susurra seductora y con confianza. Es electricidad en vena, irresistible, casi tanto que no es de extrañar que sus conciertos llamaran la atención de algún que otro meapilas sin nada mejor que hacer que protestar en la entrada de sus conciertos ante el salvaje funk de esta señora. Todos los temas son excelentes, con quizá el éxtasis grupal de "Game Is My Middle Name" sobresaliendo ligeramente.
VALORACIÓN: 21/30
RECOMENDADO PARA: Fans del funk más sucio.
Cualquier atisbo de sermón contestatario, en cualquier caso, es diluido por lo divertido de la música, que es algo así como una mezcla de Paul Weller en The Jam y Paul Weller en The Style Council. Y un muchito de los Clash, claro. El tema culmen bien podría ser "Keep On Keeping On": esos vientos que dan pie al estribillo con el título son ciertamente gloriosos, por no decir que son bien chingones. "Bring It Down" está más en la onda del funk y el soul de los 60, con un estribillo casi sacado de Eddie Floyd. Añadimos la fantástica "Lean on Me" (que es un poco "Keep On Keeping On" 2.0) y nos queda un disco más que resultón.
VALORACIÓN: 20/30
RECOMENDADO PARA: Comunistas optimistas. Si es que hay alguno.
BETTY DAVIS - BETTY DAVIS (1973)
Betty Davis, no confundir con la actriz de ojos ahuevados sobre la que cantaba Kim Carnes, era la esposa de la deidad del jazz Miles Davis, y también una influencia en su música, más concretamente en su incorporación de elementos rock (ella era amiga, quizá algo más, de Jimi Hendrix). Salseos notwithstanding, este debut es una muestra de funk de raíces. La voz de Betty es apasionada y rasgada, y la instrumentación rebosa groove y psicodelia a lo Sly Stone por los cuatro costados. Por si esto fuera poco, le acompañan leyendas como el bajista Larry Graham o el guitarrista Neal Schon.
El tema se abre con una épica y sudorosa "If I'm in Luck I Might Get Picked Up", con una Davis que se desgañita mientras se repite un insistente riff de guitarra. Sería difícil imaginar un funk más sórdido. "Anti Love Song", como uno puede imaginar, no es apta para todos los públicos: aquí Davis susurra seductora y con confianza. Es electricidad en vena, irresistible, casi tanto que no es de extrañar que sus conciertos llamaran la atención de algún que otro meapilas sin nada mejor que hacer que protestar en la entrada de sus conciertos ante el salvaje funk de esta señora. Todos los temas son excelentes, con quizá el éxtasis grupal de "Game Is My Middle Name" sobresaliendo ligeramente.
VALORACIÓN: 21/30
RECOMENDADO PARA: Fans del funk más sucio.
ALT-J - THIS IS ALL YOURS (2014)
Cuando pienso en indie hipster genérico, pienso en alt-J. Al principio conocidos como ∆, nombre pretencioso donde los haya, lanzaron su decente An Awesome Wave en 2012, que les granjeó el respeto de ciertos sectores de la crítica, pero también algún que otro palo por su poca mesura a la hora de incorporar ahí, al mogollón, influencias de músicas del mundo, electrónica, samples o complejas melodías vocales.
Es un hecho que las canciones se toman su tiempo en coger forma, y que la disciplina no es exactamente el fuerte de estos muchachos. Tiene la dispersión del folk, el fulgor sónico del post-rock, y un ligero gusto por lo experimental. "Nara", por ejemplo, suena como unos Fleet Foxes pasados por el tamiz del In Rainbows. Esto parece un cumplido, pero pese a la excelente atención al detalle de la producción, en el fondo hay bastante poco a lo que agarrarse. Hay un poco de todo, boogies a lo Black Keys ("Left Hand Free"), extensos temas atmosféricos ("The Gospel of John Hurt", "Bloodflood Pt. II"), y unas flautas barrocas que no van a ningún sitio. Es un disco para audiófilos, pero no va a levantar pasiones.
VALORACIÓN: 13/30
RECOMENDADO PARA: Hipsters con buenos auriculares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario