ELECTRIC LIGHT ORCHESTRA - ELDORADO (1974)
Eldorado tal vez no sea el disco más destacable de los de Jeff Lynne, esos discípulos de los Beatles que añadieron cuerdas y cuerdas y más cuerdas hasta que el apelativo de orquesta acabó siendo totalmente apropiado. Pero sí que es, probablemente, el primero que demostró el potencial del grupo, pese a ser un fracaso comercial. Como es habitual en la banda, nos recibe una obertura clasicoide de sonido romanticón, para ponernos en situación. Lo que nos espera va a ser un viaje a un mundo de fantasía (Oz, imagino) en el que la música clásica es cool de nuevo porque la canta un tipo con una melena rizadísima y gafas de sol de aviador.
"Can't Get It Out of My Head" es una balada moñas de primera índole, con ese estribillo lloroso. Los coros espectrales como de película de los años treinta, tan típicos de la ELO, están en su máximo esplendor. Fans fatales de nuestro blog (es decir, nadie) recordarán (o sea, no) "Mister Kingdom" como la canción que samplea Vinnie Paz en su "Aristotle's Dilemma" de nuestro inolvidable podcast de filósofos. Si no lo recuerdan, es básicamente "Across the Universe". "Boy Blue" tiene una extraña intro en el que se mezclan una especie de himno de competición (que se repite a lo largo del álbum), dibujos animados, o arpas. La integración de la orquesta y el rock alcanza aquí la perfección, con unos cuantos toques de sintetizador cortesía de Richard Tandy. La mezcla de estilos no debería funcionar, pero lo hace. Los temas en general combinan la voz a veces lánguida, a veces emotiva (en falsete) de Lynne, un ligero toque rock and roll, los sonidos espaciales de Tandy, y los arreglos de violines hollywoodienses, todo de manera portentosa (pese a la aplastada producción). "Eldorado" cierra el álbum de manera invertida a como se abre: una dramática balada (quizá mejor que "Can't Get It Out of My Head") seguida del movimiento orquestal de turno.
VALORACIÓN: 22/30
RECOMENDADO PARA: Gente que sólo escucha música clásica si la canta un tipo con melena rizadísima y gafas de sol de aviador.
THE KILLERS - DAY & AGE (2008)
Ay, mis Killers, que tantas desgracias me han dado. "Day & Age" fue el principio de algo. No voy a decir del fin, porque tampoco es así, pero sí que abandonaron la faceta más íntima/alternativa para convertirse en esta especie de extraterrestres con zapatos brillantes y temas bailongos, en la que en cierto modo sobresalen: los singles de este álbum los convirtieron en superestrellas, en particular "Human". ¿Somos humanos, o somos bailarines? Por ridícula que parezca la frase, resume bastante bien la dicotomía de The Killers, aunque parece que en "Day & Age" se inclinan por lo segundo (volverían a sus temáticas originales en "Battle Born", pero conservando en gran medida el sonido).
Me gustaría completar la crítica sin mencionar a Springsteen, pero vamos a ver, "Losing Touch" existe. Tiene hasta el saxofón. Pero bueno, la canción está bien. Luego también tenemos el otro single, el que para mí es superior, "Spaceman", que es otro vehículo para la voz paranoica de Brandon Flowers. Ningún tema está a la altura de esos tres, que además son los tres primeros (no vayamos a querer que el oyente se quede hasta el final), aunque siento cierta debilidad por el pegadizo "The World We Live In", aún reconociendo que es una canción bastante mediocre. Luego tienes pseudoexperimentos funk ("Joy Ride") o lo que sea la mezcla mariachi/Grace Jones de "I Can't Stay". Como me pasa en tantas ocasiones, el disco me gusta, pero es más culpa mía que de que el disco sea bueno.
VALORACIÓN: 14/30
RECOMENDADO PARA: Extraterrestres con zapatos brillantes.
LIFE WITHOUT BUILDINGS - ANY OTHER CITY (2001)
Life Without Buildings es una banda escocesa de indie con reminiscencias punk que poca gente conoce, pero cuyo único álbum (este) goza de cierto culto entre algunos sectores, y no es difícil ver por qué. En pocos segundos nos damos cuenta de que el centro de la banda está dominado por la figura de Sue Tompkins, una vocalista con suficiente personalidad para llenar tres tráilers. Sus alaridos a lo Poly Sterene, una mezcla entre súplica, reproche desaforado y susurro inocente, son un sonido más que inconfundible que recita unas letras dispersas, muy stream of consciousness.
Musicalmente son un grupo cañero, con un fuerte énfasis en el ritmo, matemáticamente preciso, y unas guitarras bastante... no sé, neoyorquinas para ser un grupo de Glasgow. Yo me entiendo. La canción que abre, "PS Exclusive" no tiene que ver nada con consolas de Sony hasta donde alcanzo a entender, que es poco, porque repite el sintagma "the right stuff" 45 veces. Este es uno de los puntos más representativos del álbum, esa insistencia que a algunos podrá parecer irritante, en parte también por la estridencia de la voz de Tompkins, pero una vez eso se supera es un pepinazo tras otro. Los crescendos del álbum son espectaculares, y es su estructura la que da forma a prácticamente todas las canciones ante la ausencia de estribillos evidentes. "The Leanover" es otro tema representativo, una auténtica genialidad de la dinámica, aunque no vayas a buscarle sentido porque te puede explotar la cabeza intentando replicar las conexiones neuronales que han dado lugar a esta letra. Podría recomendar las canciones, pero todas siguen un patrón parecido. Si eso es una cosa buena o mala, decídanlo ustedes.
VALORACIÓN: 21/30
RECOMENDADO PARA: Miembros de aquellos sectores entre los cuales este álbum goza de cierto culto.
Me he repasado el disco de The Killers. Noto, al menos en la primera escucha que el disco se diluye, aunque algunos temas consiguen remontar. También me gusta la canción que cierra el disco 'Goodnight, Travel Well'.
ResponderEliminarNo conocía a Life Without Buildings. Me parece un señor discazo.
ResponderEliminar¿Y la ELO qué, Adri? ¿LA ELO QUÉ?
ResponderEliminarSinceramente, no les he escuchado. Pero hoy he escuchado a una banda novedosa que apenas ha dado de hablar: Queen
ResponderEliminarOtro día hablamos de Queen y de por qué dan asco.
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