jueves, 13 de julio de 2017

David Bowie - The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)


ÁLVARO: ¡Hemos vuelto! Como la gripe, o peor. Hoy vamos a meternos en harina con un álbum que adoramos fuerte. De hecho, para arruinar la sorpresa final, voy a decir ya mismo que le doy al disco que nos ocupa, The Rise and Fall of Ziggy Stardust, un 30. ¡La puntuación perfecta! ¡Lo nunca visto!

JORGE: Empezamos fuerte. Yo tengo que reconocer que le tengo miedo a esta crítica. Me pasó un poco como la primera vez que reseñé, salvando muchísimo las distancias, a Nacho Vegas: estuve demorándolo meses porque no sabía cómo enfocar el hablar de un artista a quien admiro tanto y, en este caso, que tan influyente ha sido. Con todo, fui yo quien propuso este disco, dado que era un poco vergonzosa la ausencia de Bowie en el blog (a que hicimos justicia en el Hall of Fame), y… bueno, no se me ocurría mejor forma de traerle que con el que es probablemente su trabajo más laureado y reconocible. Si no me equivoco, el primero donde Bowie creó un alter-ego, ¿cierto, Álvaro?

A: Así es: Ziggy Stardust, esa especie de mensajero de los extraterrestres que predica un mensaje de amor y paz a través del rock and roll, fue su primera transformación en un personaje, y por lo tanto también nuestra primera impresión del “camaleón” en el que se convertiría. Este Ziggy es el protagonista también de este disco, que es en cierto modo uno conceptual aunque menos de lo que parece: la cara B tiene algo más de unidad, pero en general sigue pudiendo verse como una colección de canciones sin más. Ziggy acabó causando ciertos problemas mentales al pobre David, ya que el personaje acabó superando a la persona y Bowie no tuvo más remedio que poner fin al experimento en medio de un concierto en 1973.

J: De los problemas no sabía, pero sí que este se convirtió quizás en el personaje más asociado con Bowie… con la posible excepción del Duque Blanco en que se metamorfosearía en Station to Station. Es, desde luego, un personaje hecho a su medida: ese juego con la androginia, esas trazas de ciencia ficción, esa mezcla entre el rock más típico de la época y los sonidos espaciales… Es algo que se ve no solo en su apariencia y sus actuaciones, sino en los propios temas, tanto por tema como por estilo: el homónimo “Ziggy Stardust”, el mítico “Starman” o “Moonage Daydream” (aviso: los enlaces no serán siempre a los temas de estudio, ha habido bastante eliminación por temas de copyright) dan buena cuenta de ello.

A: Ciertamente, “Ziggy Stardust” es la obra definitiva del glam rock, en el que teatralidad, ambigüedad sexual y rebeldía proto-punk se unían para escandalizar a los mayores y alimentar la imaginación de los jóvenes. Otro de los personajes principales del movimiento, el líder de T. Rex Marc Bolan, era buen amigo (y rival) de Bowie, y probablemente inspiración de temas como “Lady Stardust”. Entre ambos pusieron en el mapa al glam, en el caso de Bowie con una actuación en “Top of the Pops” que le convirtió en superestrella prácticamente de un día para otro. Los temas principales del glam, como das a entender, aparecen más que bien representados en este álbum.

J: Bueno, tampoco iba a poder escandalizar a la gente mucho tiempo, porque como bien dice al comienzo del disco, al planeta le quedan CINCO AÑOS antes de irse al garete. Me parece “Five Years” un tema sintomático de lo que será el resto del trabajo: una extraña mezcla entre momentos bastante contundentes y rockeros (“And all the fat-skinny people, / And all the tall-short people, / And all the nobody people, / And all the somebody people”) que dan paso sin mediación a… prácticamente lamentos (“I never thought I’d need so many people….”). Es una dualidad que Bowie mantiene muy bien también merced a usar voces muy distintas, en aquellas canciones en que es el protagonista más activo (en la línea de esta misma), y en aquellas donde toma más el papel de un narrador, mucho menos efectista (como en general en “Starman”). No sé si coincidirás, o son paranoias mías.

A: Cierto es, que Bowie utiliza su portento vocal para interpretar, como un actor, todos los papeles que quiera. Como dices, puede ser narrador, aunque creo que más en general toma el papel protagonista. Quizá por ser Ziggy, cuya fama se le subió a la cabeza y le hizo pensarse el centro del universo, o algo así. Tenemos “Soul Love”, en el que interpreta ambos: ve a los demás siendo amados, pero él no encuentra el amor; los escarceos sexuales de “Hang on to Yourself” o “Suffragette City”, o los sueños de estrella del rock de “Star”. Cada canción es fundamental para avanzar el concepto, por vago que sea, del álbum.

J: Aún así, bien es cierto que, al menos para mí, algunas resultan bastante más memorables que otras, y así se ha demostrado un poco con los años. La cara A, especialmente, la veo muy fuerte; con la cara B, sin embargo, creo que decae un tanto, y que tiene un par de temas (“Star” y “Hang on to Yourself”) que, siendo buenos, no están a la altura de lo mejor del trabajo. Eso sí, también la cara B resurge al final, cerrando con tres temas magníficos, como son el homónimo, “Suffragette City” y “Rock n’ Roll Suicide”.

A: Estoy básicamente de acuerdo: esos, junto con “It Ain’t Easy”, son los temas flojos (creo que “Star” es ligeramente superior a los otros dos, eso sí). Y desde luego, el fin de la cara B es en mi opinión lo mejor de Ziggy, suficiente para que en mi humilde opinión supere a la otra mitad del disco. Y también creo que las baladas “ñoñas”, como serían “Lady Stardust” o “Soul Love” están considerablemente infravaloradas, quizá porque compiten con unas canciones tan inolvidables como “Starman” (que solo está en el disco porque le obligaron a componer un “single” al uso) o el tema que da título. Y, otra cosa que no hemos mencionado todavía, los Spiders From Mars, son una grandísima banda que no debería ser reducida a “los acompañantes de Bowie”: Mick Ronson es un guitarrista como la copa de un pino.

J: Voy a, básicamente, copiar tu principio de párrafo anterior: estoy muy de acuerdo con todo lo que comentas (aunque reconozco que “It Ain’t Easy”, la única canción del disco no compuesta por Bowie, y con colaboración del gran Rick Wakeman, me gana con su estribillo tan pegadizo). Las baladas están un tanto infravaloradas, en parte por la competencia con temas grandísimos, y en parte porque otros temas han sido, quizás, recuperados de una forma en que esas no lo han sido: es el caso, se me ocurre, de “Moonage Daydream”, que merced a Guardianes de la Galaxia revivió bastante, especialmente entre un público más joven, y en unos años en que Bowie volvía a estar en primera fila. Y, si bien soy de los que pecan, sin excusa, de reducir mentalmente a los Spiders a acompañantes, es innegable la abrumadora calidad que tienen, para mí sobre todo los dos Mick: Ronson, que deja unos riffs y solos impresionantes que me recuerdan bastante al trabajo de Pink Floyd, y Woodmansey, a la batería.

A: La música del álbum es excelente, una especie de fusión entre el rock cañero estadounidense (Velvet y Stooges, como suele pasar) y el pop más europeo (Bowie bebe mucho de Brel, especialmente en cuanto a teatralidad). No hay canción que no sea pegadiza, el nivel se mantiene alto en todo momento. En términos generales, me parece uno de los álbumes más consistentemente geniales que se han hecho (de ahí el 30 que le he dado). Y lo que ahora resulta todavía más sorprendente es lo fácil que le fue abandonar por completo este sonido y convertirse en el Duque Blanco y abrazar el soul, la electrónica, la música experimental, la new wave… Como ya decía no sé quién, “existe la vieja ola, la nueva ola, y David Bowie”.

J: Por algo fue siempre el Camaleón. Es cierto que sorprende su capacidad para metamorfosear, aunque también creo que se pueden encontrar aún rastros de lo que supone este trabajo en otros discos. Por ejemplo, en cuanto a temática y letras, las raíces del Ziggy Stardust se ven un poco ya en “Space Oddity”, o en temas del Hunky Dory como “Life on Mars?”. Y no sé si nos queda mucho más que comentar, antes de pasar a valoraciones… O bueno, a la mía, al menos, la tuya la conocemos ya.

A: Sí. Aunque vale la pena repetir: LE DOY UN 30. TEN OUT OF TEN, THE PERFECT SCORE.

J: Quizás me esté haciendo viejo porque, hace unos años, no habría dudado un instante en darle la misma nota que tú. Ahora sin embargo… Coincido en que es uno de los álbumes más consistentemente geniales ever, y que el nivel es alto en todo momento; sin embargo, quizás lo altísimos que resultan sus puntos álgidos hace que vea con peores ojos otros que no lo son tanto, especialmente con los temas comentados más arriba. Así que mi veredicto va a ser un 9’75. Ojo, eso sí: es un 9’75 que supera sin el menor problema a cualquier 10 o 9’5 que haya dado antes en este blog, de eso no quede duda. Era joven y alocado.

A: Prefiero ni mirar las notas que hemos dado en el pasado porque seguro que dan mucha cosica. Pero creo que podré vivir perfectamente con la nota que le he dado a Ziggy. Espero.

J: Sin duda. Yo también lo prefiero. Y reitero, para dejarlo bien claro: ese 9’75 indica el más mejor disco que haya reseñado por aquí. Viva David Bowie. Para siempre. Eterno.

A: Pues nada, TRÁ TRÁ TRÁ AGUARRÁH. Está todo el pescado vendido, creo, la semana que viene más.

J: Que viva Dakota, coño ya.

Credits to el genialérrimo artista.

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2 comentarios:

  1. La verdad es que coincido con viestra opinión. Un autentico discazo. Dentro de poco me pondré con el Station to Station y a lo mejor repaso la trilogía de Berlín.

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    1. Es que es una pasada de disco, sin duda. Pero vamos, no es el único discazo de Bowie, ni de lejos. Igual caen más reseñas (de la trilogía de Berlín, de "Station to Station", de "Aladdin Sane", de "Hunky Dory"... hay muchos susceptibles), aparte de, por supuesto, esa sorpresa preparada para finales de esta semana...

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