Los últimos años de Slipknot han sido jodidos. Bien jodidos. En mayo de 2010 Paul Gray, bajista y miembro fundador de Slipknot, aparece muerto en su habitación de hotel por una sobredosis de morfina. El futuro es bastante incierto, sobre todo a nivel compositivo, dado que Paul Gray era bastante activo en las labores de composición.
El grupo decide sacar un recopilatorio en 2012, Antennas to Hell, pero aún se encuentran en un trance. La pérdida de Paul Gray ha supuesto un golpe realmente duro. Tanto es así, que cuando Slipknot levantan un poco de cabeza y hacen un par de conciertos (destaca el Monsters of Rock de 2013, en el que son cabezas de cartel), tienen al bajista escondido, sin iluminarle ningún foco. Ese bajista no es otro que Donnie Steele, uno de los primeros guitarristas de la banda, antes de que Mick Thompson le sustituyera.
Para colmo, en diciembre de 2013, la banda expulsa a Joey Jordison. El futuro es incierto. ¿Cómo iba a sonar Slipknot sin Paul Gray ni Jordison?
Aquí las buenas noticias. Slipknot sacan 5: The Gray Chapter en octubre de 2014, y suenan a Slipknot.
Parece ser que el que dio el paso al frente en el plano compositivo fue uno de los guitarras, Jim Root, hasta el punto de dejar Stone Sour (la banda que compartía con Corey Taylor) para centrarse en este disco. Los nuevos fichajes en la base rítmica no han sido desvelados todavía de forma oficial, aunque todo apunta a Jay Weinberg como batería (nombre filtrado por uno de los técnicos de Slipknot) y Alessandro “Vman” Venturella (los tatuajes de su mano coinciden con los que aparecen en el vídeo de “The Devil in I”, primer single de este disco, aunque el primer adelanto fue “The Negative One”). Si realmente estáis interesados, Google es vuestro amigo: salta a la primera de cambio.
5: The Gray Chapter es el catalizador de todo lo ocurrido en estos cuatro años. Y a grandes rasgos, pasa lo que suele pasar cuando una desgracia personal sacude a un artista: una enorme explosión creativa.
Slipknot despejan todas las dudas desde el momento en el que el tema de apertura, "XIX", una comienzo melódico apoyado en la consistente voz de Corey Taylor que se convierte en un festival de thrash carnavalesco en “Sarcastrophe”. Riffs rápidos y contundentes se van sucediendo en una espiral de agresividad y samples de fábrica maldita. Desde el primer momento apreciamos una batería más contundente y compacta que la presente con Joey Jordison, que no adquiere tanto protagonismo como antes y recula para ponerse al mismo nivel que los percusionistas.
El desfile continúa en “AOV”, que resulta una de las canciones más contundentes y variadas del disco. Estrofas rasgadas y súper thrash se van alternando con estribillos melódicos, hasta llegar a un último tercio pausado y melódico, que genera un gran contraste con el resto de la canción y con cómo es resuelto: de golpe y vuelta a la rabia, muy efectivo. Los críticos más sesudos dirían al respecto algo como “una hostia en la cara”, para volver poco después al último estribillo melódico. Una joyita.
Pasamos a “The Devil in I”, primer single de 5: the Gray Chapter, en el que se vuelven a alternar las partes melódicas con las más thrash. A estas alturas advertimos el proceso de madurez que ha ido tomando está banda: desde los ritmos más Groove o Nu del homónimo o del Iowa, hasta un metal más cercano al Thrash, no tan grueso ni tan denso, pero igual o más potente. 5: The Gray Chapter significa la cristalización de este concepto.
Pero resulta que el álbum es muy variado, tal y como demustra “Killpop”, algo cercano a una balada ambiental, pero oscura y perturbadora. Sí, el precedente de esta canción es “Vermillion pt.1”, aunque “Killpop” la lleva un paso más allá, con una producción más elaborada detrás y resultando más concisa: dura casi la mitad.
“Skepctic” y “Goodbye” son dos de los homenajes más claros a Paul Gray. “The world will never see a crazy motherfucker like you”, o “God, stop taking the best of us”, citas de “Skeptic”, dejan muy claro por dónde van los tiros. Entre medias tenemos “Lech”, un tema variado y complicado, a ratos esquizofrénico, que te va saltando de los medios tiempos al metrónomo loco, con ese toque de festival carnavalesco tan propio de Slipknot.
“Nomadic” es uno de los temas más melódicos del disco, y con unas guitarras solistas muy presentes, todo muy cercano al estilo del “All Hope is Gone”. En este disco hay muchos solos, aunque las guitarras solistas suelen tener una presencia más ambiental que en el anterior. “The One that Kills the Least” mantiene esta tónica, siendo uno de los temas más agradecidos del disco.
El disco entra en su recta final con “Custer”. Si os habíais confiado pensando que ya esto iba a ser tranquilito, os equivocabais. “Custer” es Slipknot en estado puro: tenemos estrofas rasgadas (cercanas al rapeo de los primeros discos), con la banda mostrándose amenazante. Algunas guitarras aparecen por aquí, algún sample maldito por allá, hasta reventar en un estribillo contundente. Contundente de la hostia. Puedo decir y digo que “Custer” es de los temas más bestias que han hecho desde el Iowa. Podría razonarlo de forma más sesud... CUT CUT CUT ME UP AND FUCK FUCK FUCK ME UP.
Sutiles.
“Be Prepared for Hell” sirve de puente a “The Negative One”, uno de los temas más cercanos al “Iowa”, aunque con una batería menos dispersa, mucho más concentrada que con Joey Jordison. El disco cierra con “If Rain is What You Want”, último homenaje a Paul Gray y continuación lógica del tema de apertura, “XIX”.
Slipknot ha alcanzado su cénit a nivel compositivo, sobreponiéndose a sus dificultades y trayendo consigo uno de sus álbumes más sólidos. Ciertamente, se aprecia la diferencia en el cambio de base rítmica. Ahora predomina la consistencia sobre el virtuosismo, cosa que resulta muy efectiva en temas como “Sarcastrophe” o “Custer”.
¿Peor o mejor que con Joey Jordison? Diferente. Lo que sí está claro es que Slipknot siguen adelante, y la alargada sombra de Paul Gray está presente, no como lacra, sino como el alma y motor de este disco.
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¿Tengo que escuchar esto?: Sí. Slipknot sonando a Slipknot, pero más maduros y compactos. Uno de los discos de Metal del año, sin duda. No decepciona.
Si sólo tuviera que escuchar una canción: “AOV” es una joya a todos los niveles, y tiene la mayoría de los elementos presentes en este disco. “Custer”, por otro lado, es una burrada.
Dónde debería escuchar esto: Deja de atender las tareas de la casa durante unos días para conseguir esa sensación de abandono y tristeza...
Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Puedes revisarte su discografía anterior, donde destacan “Vol 3. The Subliminal Verses” o su homónimo, “Slipknot”. En cuanto al metal americano de este siglo, ve a por Lamb of God o Machine Head. También puedes ahondar en los años aciagos del Nu Metal, con bandas como Korn o Limp Bizkit, pero sólo si tienes muchas ganas.
PD: ¡Hacía ya años que no pasaba por aquí! Es muy bueno estar de vuelta.
Au revoir!
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