Dio - Holy Diver (1983)

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JORGE: Una semana más, aquí nos reunimos dispuestos a clavar los colmillos sin piedad en un clásico. O no, pero queda bien siempre anticipar sangre para atraer a las pirañas. Es todo muy oscuro y siniestro, algo que sin duda sería del agrado del añorado (por mí, al menos) mozo que estará con nosotros hoy: Ronnie James Dio, con su Holy Diver. Quiero decir, la banda Dio, liderada por RJD, con Holy Diver. Qué difícil es cuando un cantante llama a su banda con su apellido.

ÁLVARO: Podría ser peor, podría ser Alice Cooper. Pero sí, creo que tenemos hoy uno de los clásicos del metal ochentero, un disco sabrosón con tonadillas alegres sobre el bien y el mal y todo lo que está entre medias. Tras haberse marchado de dos bandas como Rainbow y Black Sabbath por tensiones con los poco diplomáticos guitarristas (Ritchie Blackmore y Tony Iommi, respectivamente, aunque Geezer Butler también tuvo que ver en el segundo caso), RJD decidió que ya que se ponía podía convertirse en uno de esos líderes tiranos que él tanto odiaba (espoleado por su esposa Wendy, según dicen) con su propia banda, los Dio de Vivian Campbell, Jimmy Bain y Vinny Appice.

J: Si es que ya lo dice Dio en “Don’t Talk to Strangers”: “Don’t dream of women, ‘cause they’ll only let you… dooooooooowwwwwwn”. Porque a ver, esto es heavy ochentero, tiene que haber algo de machismo entre tanta tralla guitarrera. Que, por otra parte, es omnipresente en una de las mitades del disco, siendo la otra mitad un sonido mucho más limpio y melódico, acústico incluso a ratos. Un poco montaña rusa, vaya. Y cuando hablo de mitades hablo de presencia, no de caras del vinilo, que de eso ya hablaremos.

  

A: Es “bring you down”, pero supongo que tampoco cambia tu argumento.

ZLATAN: Por mi parte, yo hacía tiempo que no escuchaba discos de heavy clásico ochentero nuevos. Y sí, este disco es un clásico pero tampoco había indagado más allá de los dos clásicos que nos encontramos que son “Holy Diver” y “Rainbow in the Dark”, temas que dentro del género han pasado a la posteridad metalera, que debe ser el Valhalla. Y la experiencia ha sido satisfactoria, y mira que Dio le da mucho al Power Metal, subgénero del Metal con el que tengo bastantes problemas al escuchar. Pero en este caso la verdad es que no los he tenido.

A: No estoy seguro de si algún metalero discrepará con esa etiqueta de power metal, aunque sin duda, fue uno de los principales pioneros a ese respecto: no tenía miedo a meter teclados cuando le parecía bien (“Rainbow in the Dark”), y era un apasionado de la fantasía que intentaba imitar, con resultados variopintos, la pluma de un Tolkien o algo por el estilo. Lógicamente ni se acercaba, pero viendo que Blind Guardian hizo una carrera de ello, pues parece correcto aseverar que el power metal le debe mucho al señor Dio.

Z: El videoclip de "Holy Diver" es puro power metal. De hecho, puedes poner la misma canción en la película de Conan el Bárbaro, y funciona. Puede que Dio sea la transición del heavy clásico con el power metal.

J: Probablemente. Y quizás se deba más que cualquier otra cosa al trasfondo, tanto literario como musical, que traía consigo. En Elf ya había jugueteado con esas temáticas fantásticas, y también metió un tanto de ese maniqueísmo tolkieniano en Black Sabbath, así que no es nada extraño el rumbo que toma la cuestión aquí. La simplicidad de las letras, que comentábamos antes de ponernos con la crítica, es al parecer intencional, según he leído, porque Dio pretendía acercarse a una audiencia más joven; pero aunque intentara hacer otra cosa, seamos serios: el “Heaven and Hell” que hizo con Sabbath es el tema del que dice sentirse más orgulloso, y no es precisamente Shakespeare. Es más simple que el mecanismo de un botijo, aunque quizás por eso resulte tan pegadizo todo.

Z: La división, vamos a llamarla tolkeniana, es una de las grandes obsesiones de Dio. “Heaven and Hell” es el ejemplo más claro, al igual que “Holy Diver” u otros temas: ese "parezco malo, pero en realidad no". Es una de las aportaciones que dio Dio al metal. Por ejemplo, los cuernos que él popularizó eran un modo de evitar el mal de ojo, confundido por muchos como símbolo del diablo. A Dio le gusta hacer ver que porque el metal sea oscuro no significa que sea malvado; incluso en la misma portada que, según Dio, juega con la ambigüedad entre sí el sacerdote es manejado por el diablo o es al revés. Y aunque sea simple, la verdad es que “Rainbow in the Dark” me llega mucho. Canción que no era del agrado de Dio por ser demasiado pop, e incluso trató de destruir la cinta con un cuchillo, y el resto de la banda le paró.

A: Sin duda, creo que las tres canciones que hemos mencionado son los grandes himnos: la ominosa “Holy Diver”, la pegadiza “Rainbow in the Dark”, y ese “Don’t Talk to Strangers” que empieza a lo balada épica para luego animarse enseguida. Pero suelo encontrar en estas re-escuchas un tema que capta mi atención más que los otros y en el que no se suele hacer tanto hincapié. En mi caso es “Caught in the Middle”, otro tema potente que tiene unos ganchos pop que tiran para atrás, y que me parece extremadamente memorable, incluso dentro de un álbum lleno de estribillos que se graban a fuego. No sé si vosotros destacaríais otro de esos temas tapados.

J: Yo lo haría, y lo haré, pero antes, quiero aprovechar dos cosas que habéis comentado para sacar a relucir una reflexión que me persigue. Por una parte, Adri (Zlatan) nos habla de los famosos cuernos, que decía Dio eran ese gesto apotropaico que realizaba su abuela: por otra, hemos mentado “Don’t Talk to Strangers”, una canción cuyo estribillo (y primeros versos, de hecho) reza “Don’t talk to strangers ‘cause they’re only there to do harm”. Y yo me pregunto… ¿Es Dio el inventor del “Abuela’s Metal”?

Z: Yo iba a destacar “Invisible” que en la última escucha me ha hecho tilín. Pero prefiero que indagues en tu reflexión.

J: En realidad, mi “reflexión” acaba ahí. Cuernos que le enseñó su abuela, frases de abuela como himno del disco. Ergo, Abuela’s metal. No me pidáis más, soy tan superficial como la temática de este trabajo.

Z: Te mereces una porra de Guardia Civil por esa reflexión. Pero bueno, he hecho por Whatsapp un chiste del general Van Halen (sí, ese personaje histórico existió) bombardeando Barcelona, así que esto me deja a tu nivel. O no. ¿Veis al disco algún momento de flaqueza? 

J: La mayor flaqueza, aparte de (como hemos comentado ya) en las letras, se la veo en cierta uniformidad del sonido, que termina siendo casi anodino. Y, por otra parte, en la cara B, que comienza con “Straight Through the Heart”, y que salvo por mi favorito absoluto, que es “Rainbow in the Dark”, veo más floja que la cara A. Que, ya que estamos, tiene otros dos temas que me gustan mucho y no hemos mencionado: “Stand Up And Shout”, un chorro brutal de adrenalina para abrir el trabajo, y “Gypsy”, un tema que no sé muy bien cómo definir, porque tampoco sé muy bien de qué va. O sí. Tengo claro que en español sería muy distinto, lo que no tengo claro es si Dio ha pillado el concepto de lo que es un gitano, pero eso ya para otro día. Y ahora que se pronuncie Álvaro, que esto es una democracia, no como España.

A: Yo ya no sé ni qué decir, más que en Rockrítico no nos hacemos responsables de las opiniones de nuestros redactores. Y que sois los dos unos babiecas, y ya está. El disco es consistente, todas las canciones están muy bien, y aunque “Invisible” me parece floja, por lo menos la letra no da pena. Y ahora ya lo que queráis.

Z: Yo quería destacar —Álvaro ya ha hablado de los estribillos— a los riffs de guitarras y especialmente la voz de Dio. Me parece una de las grandes voces de metal, y que ha influido a gran parte de gente que le ha seguido, especialmente en el power metal. También quería destacar dos covers tanto la de “Holy Diver” de Killswitch Engage —parodiando el videoclip original— y “Rainbow in the Dark” por parte de Corey Taylor (cantante de Slipknot) con otros artistas invitados. Y de un grupo que en su momento fue a Eurovisión como es Teräsbetoni. Lo digo sobre todo para mostrar la reverencia que se tiene hacia a este albúm, y estos dos temas en particular.

J: Yo no tengo mucho que añadir, porque estoy por completo de acuerdo con ambos. Bueno, no es que me parezcan la panacea los covers mentados, porque el único ser a la altura de Dio cuando le versiona es, para mi gusto, Robb Flynn, pero como el tema con que lo hace no es ni de este disco ni de este grupo, a cagar se vaya. Y ahora, las notas. O los micrófonos, no sé. Quién empieza, a ver.

A: Meh, yo mismo. Soy magnánimo y le doy un 24. Un ocho así a lo bruto porque es uno de mis álbumes de metal más preferidos, porque es muy blandito más que nada. Supongo que se llevará buena nota de vuestra parte igualmente.

Z: Yo le pongo un 8’5. Me parece un discazo. Y mira que hace mucho que pasó mi época de heavy ochentero. Pero aunque el género tiene carencias, aquí no se las veo tanto.

J: Pues yo le doy también un 8’5, que aunque no sea un sobresaliente, es una nota pa’ dar palmas de alegría con el coño. Es un disco potente, con mucha fuerza, pero al tiempo muy fácil de escuchar (“blandito”, dice Álvaro) por lo melódico, y aunque las letras no encandilen, son pegadizas y muy emblemáticas. Y eso. ¿Algo más que añadir, alguien?

Z: Viva la Guardia Civil. Eres un babieca. Falta aquí un número 13.

A: Estoy por no publicar esto. Intenta salvar algo de dignidad, Jorge.

J: España será la tumba del fascismo, por mi boina de Lenin lo juro. Que viva la lucha de la clase obrera, hostias ya.

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