Siempre
he pensado que lo más bonito del periodismo es que a última hora te pueden
saltar noticias que trastocan por completo tus planes de trabajo, y eso es algo
que sucede también en la crítica. Ahora, es algo precioso pero que deja de
serlo cuando la noticia en cuestión es el fallecimiento de alguien a quien
admiras.
El
gran Leonard Nimoy murió el pasado viernes a la edad de 84 años (cumpliría 85
este mes) por un cáncer pulmonar provocado por un tabaquismo que abandonó hace
tiempo. Era un hombre tremendamente polifacético: actor, director, músico,
poeta, actor de doblaje, pintor… Su trayectoria, en todos estos campos, fue
larga y fructífera, aunque su figura queda inevitablemente unida a la de ese
Spock que le hiciere famoso, y del que a ratos quiso huir y a ratos presumió.
Precisamente
esa idea es en torno a la que pivota este disco, el tercero que lanzó en su
extraña carrera de cantautor folk – pop espacial raruno. El trabajo aúna los
conceptos de los dos anteriores: Leonard
Nimoy presents Mr. Spock’s Music From Outer Space y The Way I Feel (bueno, no tengo claro si The Way I Feel es anterior o posterior a este… ambos son del ’68, y
creo que primero salió el que nos ocupa, pero qué más da). En uno Nimoy se
presentaba como el personaje de Vulcano en una música más etérea y
experimental; el segundo era su contrapartida humana, con un rollo folk más
“normalito”.
Y
eso es exactamente lo que se refleja en este trabajo desde su mismo título, con
una cara A “realizada” por Spock (que luego se incluiría íntegra en reediciones
de su primer disco con otras discográficas), y una cara B protagonizada por él
mismo.
Cabría
quizás aquí hacer una pausa para destacar que, en general, las canciones no son
suyas (salvo “Once I Smiled”, donde sí aparece como uno de los escritores), sino
que están compuestas por una variedad de artistas entre los que destaca mucho
Charles R. Grean, que también es el productor y encargado de los arreglos. Por
otra parte, hay una uniformidad increíble en la duración, muy breve, que
siempre está en dos minutos y algo, y solo en un tema alcanza los tres minutos.
La
cara A del disco, comentaba, exploraba esa faceta musical desde el punto de
vista del personaje de Spock. Así, los temas principales que tocan las
canciones, suelen enmarcarse en rollos cosmológicos (“Follow Your Star”), en
historias sacadas de Star Trek (“Spock Thoughts” o “Amphibious Assault”), o en lo peculiar del ser humano y el oficial
científico (“The Difference Between Us” o “Highly Illogical”). Hay una curiosa
concesión a la balada romántica (un tema que no está ausente en las otras
canciones, por su parte) en “Once I Smiled”, precisamente ese único tema
co-escrito por Nimoy y Grean.
En
cuanto a la música de esta cara, en su casi total mayoría se acerca más a la de
banda sonora de película que a cualquier otra cosa; en casos como “Amphibious
Assault”, “Spock Thoughts” o “The Difference Between Us”, que son
relatos/poemas narrados, pareciendo de cinta de ciencia ficción muy de la
época. En los temas cantados, siendo más el tipo de música orquestada en el
cine años 40. Las excepciones son “Highly Illogical”, una suerte de tema pop
alocado y pegajoso que explora esa vis cómica de Nimoy, y “Once I Smiled”, en
una línea más folk.
Y
precisamente una mezcla entre pop alocado, vis cómica y folk es lo que
encontramos en la primera pista de la cara B, donde Nimoy, ya como humano,
desgrana el que fuera el mayor éxito de su carrera musical: “The Ballad of Bilbo Baggins”. Su título ya promete lo que da, y el resto… bueno, dejémoslo en
que nunca se ha terminado de decidir si es algo horrible o es obra de un genio.
El videoclip no tiene desperdicio, como no lo tiene la forma de plantear la
historia, con esas jóvenes dando saltitos con orejas de elfas, los decorados de
poliespan y Nimoy recostándose por la vida (la calidad del audio es cutrecilla,
pero merece la pena por ver ese esperpento).
El
resto de la cara no es ni de lejos tan surrealista, y se enmarca ya en un
estilo más puramente cortado por el patrón sesentero que más atractivo resulta
en Nimoy, y que va rotando entre estilos: “Cotton Candy” es un tema folk (que a
ratos me recuerda a The Animals) sobre amor, y caramelos en primavera; “Gentle On My Mind”, “If I Were a Carpenter” y “Love of the Common People” son covers de
dos clasicazos, el primero country de John Hartford (no olvidemos que Nimoy
incluso hizo una famosa versión del “I Walk the Line” de Cash), el segundo el
folk de Tim Hardin, y el tercero también folk de John Hurley y Ronnie Wilkins. Por
último, “Miranda” es una balada preciosa escrita por el mismísimo Bart Howard.
Y
todo acaba, después de una odisea muy ligera y digerible de ironías,
humor, experimentación, pop, folk y lo que se pusiera por delante. De algo
único, vaya. Y queda claro aquello que diría el Capitán Kirk en cierto momento
terrible, y que estos días es muy recordable: “of all the souls I have encountered in my travels, his was the most....
human”.
Larga
vida y prosperidad, señor Nimoy. Su trabajo aquí ya sí ha terminado.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
P.D: disculpad que haya trastocado el orden de los temas. En esta lista podéis escucharlos todos en su correcto orden aunque, al menos a mí, Youtube se me salta algunos vídeos funcionales Sulu sabe por qué.
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¿Tengo que escuchar
esto?: sí. Aunque
solo fuere por lo interesante del ejercicio compositivo, y la variedad del asunto.
Si solo tuviera que
escuchar una canción:
elegiré una de cada cara: de la A, “Once I Smiled”, por no coger la más tópica;
de la B, que en general es bastante mejor, me gustaría coger “Miranda” o algún
otro de esos temas más serios y emotivos, pero la vida me obliga a decir que “The
Ballad of Bilbo Baggins”.
¿Dónde debería
escuchar esto?: en
el puente de mando de la Enterprise, donde si no.
Me ha gustado, ¿dónde
hay más?: el otro
gran disco de Nimoy es Leonard Nimoy
Presents Mr. Spock’s Music From Outer Space. Similares a la cara A tienes
ese disco, y no sé si mucho más en la vida (William Shatner también se dedicó a
la música, pero más en el folk, e hizo cosas horribles). En cuanto a la cara B
basta con patearse un poco el folk de los 60 para encontrar similitudes… y
quizás cabría también irse a por los artistas que versionan los mismos temas
que no le son propios (eso lleva a Johnny Cash, June Carter, Waylon Jennings,
los Four Tops…).
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