Te citan un viernes en una de las salas de rock más míticas de la capital, el Costello. Santuario entre otros del gran Leiva, el germen de Pereza. El paseo desde Sol hasta la calle del Caballero de Gracia se hace difícil por el conglomerado de gente que ya a las ocho está a punto de empezar el fin de semana. La nocturnidad madrileña tiene ese aire de castiza y acogedora que convierte de un paseo la oportunidad de encontrarse a la mayor variedad de tribus urbanas. Llego 15 minutos antes a la entrevista y me siento en las escaleras de un convento frente al Costello donde el entrar y salir de gentes me lleva a reconocer a Tom's Cabin, el protagonista de esa noche que conoció de primera mano la tortuosidad del tráfico en el centro de la capital. Todavía no sabía que la música celestial la iba a encontrar en la acera de en frente. Pasados cinco minutos de la hora acordada aparece en la puerta Cookie, mánager de ELE y a la que debo agradecer que me descubriera a esta cantante. Dos besos como saludo y llamada a Elena. A partir de ahora se llamará Elena Iturrieta para mí por la sencillez y empatía que demostró desde el momento en que responde a la llamada de Cookie y sale a las puertas del Costello. Una joven que viste de forma sencilla con vaqueros ajustados, camisa y unas botas con tacón que hacen el paso firme y fuerte. Vestimenta sencilla. Denota seguridad, no necesita de harapos estridentes que forjen un personaje que no es. De pelo rubio, un corte de cara tan dulce como su voz y una mirada que es una muestra de transparencia, claridad y alegría. Hay gente que sonríe con los ojos. ELE lo hace. Si después de esta entrada no quieren seguir leyendo la entrevista, perfecto, háganlo. Eso sí, casi es un ruego que busquen a esta artista que presenta su ópera prima en Internet. Aseguro que después de escuchar un par de canciones no podrán pulsar el pausa en el reproductor y volverán aquí para conocerla. Ahora que han vuelto, disfrútenla.
Pregunta. La verdad es que
me tocó mucho cuando recibí el correo de Promosinfronteras y sonó Am I Wasting My Time. En serio, pensé, "será un bombazo". Me sonaba a Dylan en la música y a Adele en la voz, y sin embargo al seguir pasando los minutos de la canción noté
su propia personalidad. Para que el público te vaya conociendo. ¿Quién es ELE?
Y en segundo lugar y casi más importante, ¿cómo es la música de ELE?
Respuesta. ELE es Elena Iturrieta. Me he puesto ese nombre artístico
porque es como lo hacen mis amigos y además mi apellido generaba confusión
algunas veces. Como hago música en inglés quedaba un poco extraño que me presentase
con un apellido tan español, tan del norte; entonces uso ELE que permite jugar con
varias cosas. Es una letra, pero vamos, algo muy sencillo, no he buscado nada en especial como nombre artístico porque a
veces es complicado. Yo hago algo personal que sale de dentro, no monto un
personaje. Yo hago mi música, entonces no hay necesidad de llamarse otra cosa,
yo me llamo como me llamo y puse mi nombre.
En cuanto a cómo es la música de ELE, prefiero decir que
he hecho lo que me ha salido en cada momento, en cada fase. ¿Me apetecía
country? Pues lo hacía. Si quería algo más soul, pues lo he hecho. Ahora le digo
a la gente que lo escuche, que me pongan la etiqueta que les guste y con la que nos sentimos
cómodos, a mí me da igual. Mi música es como yo. No busco ningún estilo, sino lo que sale en cada momento.
P. Este es tu primer
disco de estudio, pero seguro que no es tu primer contacto con el mundo de la música. Háblanos de cuánto tiempo llevas en esto, escenarios recorridos, un poco de tus
orígenes, formación musical...
R- Empecé a cantar tarde, antes de eso” aporreaba” el piano en
casa. Me metí unos años al conservatorio pero luego por temas de estudio lo
tuve que dejar. Tras esto seguí un poco a mi libre albedrío. Quizá por eso fui
cogiendo unos vicios que si los viera un profesor se echaría las manos a la
cabeza, pero es mi manera de componer y de tocar. Lo que si es cierto es que
siempre me ha gustado componer, inventarme temas en lugar de estudiarlos como
me mandaban entonces. Esas clases eran desastrosas. Terminé la carrera (Magisterio
infantil) y me fui a la escuela de música creativa de Madrid. Ahí comencé a
introducirme con unos amigos en una banda que hacía versiones de country y pop
rock pero americano. Tras esto llegó el coro góspel, en el que llevo ocho o
nueve años (y sigo con ellos). Todo esto te va aportando bagaje, recorrido,
enfrentarte a directos, el cómo se lleva un show... Compagino Dixies con Mama Boogie, que es más rollo funk y
soul, o incluso un proyecto indie, pero siempre he estado allí más a la
sombra.
P. ¿Cómo surge entonces
el proyecto de comenzar en solitario?
R. El culpable fue Mani, el bajista de Mama Boogie que me
obligó. Muchas gente me preguntaba “y lo tuyo cuando” pero siempre estuve algo
acobardada, pensaba que no
encajaba. Entonces él me propuso
ponernos manos a la obra, me presentó a Pablo (Pablo Cebrián, productor
musical) y mejor que Pablo no había nadie. Cuando te ponen una oportunidad así había
que cogerlo. Si no lo cojo, como diría el primer tema, Am I Wastingmy My Time,
estaría perdiendo mi tiempo y la oportunidad que me brindan.
P. Antes de empezar la
entrevista me has hablado de tus estudios, Magisterio y Psicopedagogía, y de que
los ejerces a la vez que la música. ¿Esto es compatible?
R. Soy profesora en una escuela de inglés, a la vez que
coordino. Es compatible, pero sí que me he tenido que quitar unas horas de esta
profesión porque es muy cansado fonéticamente. Son muchas horas hablando y si
después te pones a cantar no puedes dar el 100% en esto. Es una profesión en la que
tienes que estar con la energía al máximo para captar la atención de los
alumnos a cada segundo, y cuando termina el día estás “ko”. Aún así, soy una privilegiada, porque mi labor
educativa me gusta tanto como la musical. Entonces... no sé realmente cual es mi
hobby.
P. Esto es algo que
siempre que puedo hablar con los artistas me interesa porque pienso que es la
esencia de ello. Me gustaría saber cómo es ELE o que necesita sentir para
sentarse y ponerse a escribir o componer, me gustaría que me hablara del
proceso creativo.
R. Es algo sencillo en mi caso. Igual estoy en la ducha, se me
ocurre algo, y digo "¡uy qué bueno!". Me pongo al piano y ahí está el tema. Si es cierto que componer me resulta más
sencillo que escribir. Para escribir me tengo que sentar delante del ordenador,
es más rollo trabajo de la universidad. Hacer la música es algo más natural,
aunque en ocasiones me siento al piano a intentar hacer ejercicios y me sale
sin darme cuenta otro tema. La inspiración me pilla en cualquier lado. Nunca me
he visto en el agobio de la página en blanco. Temas tengo para incluso un
segundo disco pero para escribir deben pasarme cosas alrededor y saber que
contar. Lo que escribo son experiencias tanto personales como de amigos, lo que
me rodea, una manera de ayudarles y de recordar que estoy ahí con ellos. Si no pasa nada tengo
que llamarles y decirles que me cuenten algo… (Risas)
P. Sabes que tienes una voz privilegiada, seguro que no te hacen
falta comparaciones, es propia. Yo cuando escucho algunas canciones de tu
disco como Summer Rain, me imagino con
un café y una manta en el sofá mientras miro por la ventana viendo como llueve.
¿Qué es lo que quieres transmitir en tus canciones?
R. No es del todo
autobiográfico. Una de ellas está dedicado a mi hermano como es Another Color, un amor de estos fuertes que duelen. Summer Rain es un tema de hace unos
años... además, pienso que es el primero que compuse: estaba tocándolo y mi madre dijo que era
como lluvia de verano. Entonces es un tema casi en honor a mi madre y viene a
significar lo que evoca la lluvia. A mi me encanta la lluvia de verano. Es una
maravilla, el olor, lo que se respira y te hace sentir, esas bacterias que se
activan con la humedad...
P. En tu single Am I Wasting My Time abordas temas como el tópico “Tempus fugit”
en clave de pregunta. Perteneces a una generación a la que se le están poniendo
las cosas difíciles y en el ámbito de la música quizá aún más. ¿Sientes que estás perdiendo el tiempo con algo?
R. No. Este tema está hecho
porque a pesar de que tuviese a gente que me estaba apoyando, animando y
empujando positivamente para hacer el disco, siempre encontraba alguna manera de
echarme para atrás. Era una época en que tengo amigos que han escrito libros de
poesía, que empezaban a sacar sus proyectos y me preguntaba “¿Y por qué yo
no?”. A lo largo de mi carrera me han surgido oportunidades que nunca he
querido. No eran las correctas, está claro que estaba esperando a Pablo
Cebrián. Creo que el significada de Am I Wasting My Time es que aunque la gente
siempre diga que no vale lo que dicen valer se lanza a la piscina y se enfrenta
a sus miedos, a sus retos y lo consiguen. Era una canción para animarme y no
echarme para atrás. Para saber que era la buena oportunidad y borrar todos los tabús
que me estaba poniendo yo misma. Por eso ver el disco realizado y en mano es una maravilla.
Es verdad que el mundo de
la música está fatal, prueba de esto es que nos dan un disco en mano y te dicen
“¿Sólo once canciones?” y te planteas un “jolín, pues me ha llevado dos años”. O la pregunta de cuándo sacas el siguiente o hasta cuándo quieres alargar tu
gira... Pues no sé hasta el infinito.
P. Considero que nunca es un problema de espacio si no de calidad
R. Ya, pero a veces el groso
o la masa te empuja. Todo pasa tan rápido y tan efímero que no te dejan
disfrutar de las cosas. A mí me pasa con los libros, cuando algún amigo me pide
una recomendación pues suelo recomendar clásicos; por ejemplo, Diez negritos de Agatha
Cristie. Y me plantean que si no es mejor uno de ahora. Entonces, ¿qué pasa con
el disco Brother In Arms de Dire Straits? No se puede recomendar por ser de
los 80, y es una delicia. A veces pasamos demasiado deprisa y no nos dejan
disfrutar de lo que leemos, vemos o escuchamos.
P. Además de el soul o el folk, en tus temas hay una clara
influencia americana del coro góspel, algo que se agradece y que en la
escena española no es demasiado frecuente. En primer lugar ¿cómo surge la
idea de acompañar su música con este coro? Y, ¿se convierte en una seña de identidad?
R. En el pop español no son
muy frecuentes los coros pero como llevo tanto tiempo metida en ellos pues me
sale solo. Compongo y estoy escuchando armonías vocales. Desde pequeña siempre
me han gustado mucho los coros y siempre los busqué. Sin querer, esto me ha
influenciado y se ve en el disco claramente. Me he encontrado con un grupo de
gente a la que a lo largo de los años he recopilado y a los he ido incorporando al
disco. No sé si será una seña de identidad. Las herramientas las tengo, luego ¿por qué no usarlas? Son amigos y quiero que me ayuden.
P. Calling you sólo tiene una protagonista, su voz. Un canto a capella en
el que muestra una capacidad de alcanzar diferentes registros que ya merecería
pagar una entrada. ¿Es la voz el instrumento más perfecto para hacer música?
R. El mío sí. Es como mejor
me encuentro y donde encuentro menos dificultades. Calling you no es mostrar lo que hago, es un tema que
muestra dolor por la pérdida de un ser querido. En el disco iba a haber 10
temas pero mi abuelo se fue, tuve la oportunidad y un mes después grabé
esto. Me
encuentro a gusto, si me pones etiquetas la primera es cantante, la
segunda compositora y la tercera es pianista nivel intermedio por respeto a los
grandes. La voz me resulta fácil, es mi instrumento, es como el que lleva su
guitarra y voy con el a todas partes.
P. En algunas canciones como Positivity destaca el tono alegre, de
fuerza, de superación, un carpe diem y un estribillo que es una declaración de
intenciones. ¿Cuál es el reflejo de la felicidad para ELE?
R. Disfrutar de cada día. No
vale de nada quejarse, no vale de nada esconderse. Te das cuenta de que pasa el
tiempo: uno crece, madura y de nada vale echarse mierda a la espalda. Hay cosas
tan horribles y nos venimos abajo por cualquier tontería, y Positivity habla
un poco de esto. Está dedicada a una amiga que tuvo un poco de depresión, y hay
que salir de ello, de donde uno se mete, puesto que la cabeza es muy fuerte, te
domina y si no la controlas es muy difícil salir de donde puedes llegar a
hundirte. Lo malo siempre te encuentra. Lo bueno a veces tenemos que buscarlo.
Pero si no estás fuerte lo malo te
encuentra fácilmente.
P. Lo que llaman “salir de la zona de confort” y enfrentarse a ello.
R. Si y es muy difícil. A mí
estás viendo que me costó mucho tiempo pero hay que ir asumiéndolo. Mira, hay temas
como Shadow que lo escribí en una situación muy mala que pasé, pero también me
pasa que me cuesta escribir todo malo. ¿Por qué voy a ser tan destructiva? Nada
tiene un lado destructivo. Claro que hay momentos en que estás de bajón, hundido
ante situaciones graves, y te hundes. Pero es una tristeza diferente, que se
lleva con amor, con otra parte del alma,: no te hunde, es añoranza. De nada
sirve quejarse si no actúas. Si te quejas, eso repercute en ti. Y lo primero que hay que hacer es quererse a uno mismo para que la gente te quiera. Además, si no lo haces
la gente lo nota y lo vas alejando y al final es un círculo interminable. Positivity se enfrenta a todo esto.
P. Al fin y al cabo la música es un tratamiento.
R. Es un tratamiento para muchas
cosas, para la gente con alzheimer, para niños con síndrome de down... La música
une y acerca a la gente porque tiene una parte humana y una parte del alma. Y
además cura.
P. Me da la impresión de que eres una persona muy espiritual.
R- Nunca me había puesto ese
adjetivo. Igual es que soy un poco de autoayuda, más en el plano psicóloga que
espiritual.
P. Thousand Miles Away From You es el tema escogido para hacer la promo
de tu lanzamiento como artista y tu primer trabajo como ELE. ¿Qué tiene de
especial este tema? Aparte, por supuesto, de la brillantez del coro góspel, la
armonía del contrabajo, un cuidado sonido de acordes al piano y un ritmo muy
acertado en la percusión.
R. Creo que este tema dejaba
ver muchas cosas de las que estás diciendo. Lo que podría hacer yo vocalmente,
lo que te ibas a encontrar a lo largo del disco. Fácil de escuchar para la
gente: aunque no te gustase ese tipo de música, te iba a enganchar fácilmente.
Era una carta de presentación completa que a la vez sorprendía, pues no se
escucha demasiado ese tipo de música aquí en España.
P. Tengo que decir que soy atleta y apasionado del deporte. Te confesaré
que en mi próxima playlist antes de salir a competir estará incluido su tema Go And Never Look Back. Estoy seguro de que eres consciente de la fuerza que
transmite este tema. A un amigo al que le pasé esta canción dijo de ella que la
pondrá cada vez que hagamos una tirada larga de kilómetros, que es una canción
para olvidarse de los problemas y a salir a tomar la carretera. ¿Tiene este
punto el folk al estilo americano de aventura que no lo tenemos en Europa?
R. Este tema lo compuse para
otra amiga. Salió de una relación turbia. Quería decirle que no se preocupe,
que no mire atrás porque le iba a venir mejor ese cambio. Que todos íbamos a
estar ahí y sobre todo avanza, hay que
avanzar. Nos estancamos y no sabemos salir de cómo tú dices “la zona de
confort”.
El tema es que no sé lo
que se hace en Europa: si lo hago yo, otra persona lo puede hacer. Me rodeo de
gente que hace cosas maravillosas, lo que pasa es que es difícil darte a
conocer. A menudo pasa que la gente que está arriba no me ofrece tanto como
esta gente que te comento. En Europa seguro que hay gente haciendo cosas
de este estilo de forma maravillosa pero que por desgracia no conocemos. Yo
tengo esa raíz americana que me sale de influencias como Leonard Cohen o Dire
Straits, que me ponía mi madre, pero seguro que hay gente con un talento similar
por descubrir. Creo que la clave es hacer un disco que a pesar de contener
muchos estilos, muchas diferencias, tenga un nexo común. En mi caso es la voz y
el piano.
P. Con un idioma tan rico en vocabulario y sonoridad como es el
castellano, ¿cuál es el por qué de lanzarse a cantar en inglés?
R. No es desconocido para
mí, no me resultaba complicado. También es cierto que me gusta respetar el idioma
de cada estilo. Tengo una copla y un bolero que lo canto en castellano.
Si canto soul, me gusta cantar en el idioma en el que lo he
escuchado. El inglés es muy agradecido por la forma de sonar, para mi voz. Yo en principio no creo que cambie mi estilo. Me gusta cantar
en inglés pero nunca se sabe.
P. He encontrado una perla en su disco, Daniel and Charlie. Creo que en
esta canción asumes el papel de diva de las calles de Nueva Orleans, y con el
estilo libre de esta ciudad del jazz te marcas una canción de amor a dos
niños, Little Charlie y a Little Daniel. Me recuerda en algunas partes al gran
Ray Charles o a alguna de las miembro de su trío, The Cookies. ¿A dónde quiere
transportarnos con esta canción?
R. Es una canción más de
cariño que de amor. Soy su tía de pega. Dos parejas de amigos míos que tuvieron
dos niños en apenas una semana. Yo quise que los padres me dijeran frases y me
ayudaran a escribir la letra de sus hijos. Son niños que han nacido rodeados de
la música, porque en ambos casos los padres son músicos y les vamos a querer
siempre. Niños, bienvenidos al mundo que os vamos a querer mucho. Ese toque de
años 20 me parecía muy adecuado y quería plasmarlo.
P. El proceso creativo de la música, aunque seas protagonista de este álbum, siempre va
acompañado de un gran equipo detrás. ¿Cuánto porcentaje de la calidad de este
disco tienen tus acompañantes, los músicos de los que se rodea y en especial tu
productor, Pablo Cebrián?
R. Todo. Ellos han puesto
todo su talento. Pablo y yo éramos como un tándem. Yo escribía y componía el
tema y Pablo lo revisaba y arreglaba. Una vez conformado así venían los músicos.
El proceso de producción ha sido muy grande. Él ha producido el disco, y yo
llevaba la estructura, pero tengo la suerte de que él conoce todos los
estilos y ya sabía por dónde iba a ir. Esto te pone las cosas muy fáciles. Eso
unido a músicos que he ido recopilando como Chiloé a la batería, Raúl a los
teclados, Noé al contrabajo, Nacho Mur, toda la gente del coro que he ido
cogiendo... trabajar en primer lugar con amigos y después con un productor
que te escucha, y te respeta, lo que hace
es engrandecer el tema y da como resultado una maravilla y te lo pone todo muy
sencillo. No hay límites. Ni de tiempo ni de creatividad.
Elena Iturrieta, ELE junto a Pablo Cebrián. |
P. Has llenado el teatro Alfil de Madrid, tanto que nosotros nos hemos
quedado sin pase y es una lástima. ¿Cómo se siente un artista novel al colgar
el "no hay billetes"?
R- Eso se agradece mucho.
Solo puedo decirte que estoy muy contenta de cómo la gente está recibiendo el
disco. No sabes cómo la gente va a recibir el disco. En las entrevistas me
están tratando con mucho cariño. He recibido el "no hay billetes" con mucha
ilusión.
P. De momento tienes una gira cerrada con varias fechas en teatros de
diversas ciudades del país para
presentar su nuevo disco. Cuéntanos que tienes pensado en el futuro o tus planes
a medio y largo plazo en qué estás trabajando, nuevos proyectos...
R. El futuro es el presente. No hay que irse lejos. Para qué si
cada día cambia, el día a día, lo que va saliendo. Yo voy a llevar mi lluvia a
que cale a todo el mundo. Ya se verá.
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