Muse @ Palacio de los Deportes de Madrid, 20/10/2012

Por si las estabais buscando, que ayer no aparecieron, aquí están "Feeling Good" y "Stockholm Syndrome". Soy odioso, lo sé.

Es broma: Muse ha llegado a un punto clave de su carrera donde hay que hacer descartes. La ruleta decidió que sonara "New Born" en lugar de "Stockholm" (la verdad, si me obligaran a elegir entre ambas, me pegaría golpes en la cabeza hasta caer inconsciente), y "Feeling Good" fue uno de los varios temas del "OoS" que fueron olvidados en el concierto. Pero bueno, es perfectamente comprensible.



Vamos a lo que vamos. Muse es una banda que puede decepcionar a un amplio sector de su público (como ha ocurrido en los dos últimos discos) y que, sin embargo, va a atraerlos a sus espectáculos en directo por la sencilla razón de que son de lo mejorcito que hay ahora mismo. Y, te guste o no, "Madness" en directo suena fenomenal.

Hablando de sonar: por momentos, el sonido del concierto dejó bastante que desear. La voz de Matt, y a menudo también su guitarra, desaparecían entre la apabullante acometida de Chris y Dom. Era muy difícil, en algunas ocasiones, distinguir unos instrumentos de otros. Aunque puede que esto se deba a que yo estuviera sentado (ja, sentado: de pie) bastante cerca de los altavoces. Es sólo una impresión.

El caso es que si no te gusta mucho el "The 2nd Law", ayer hubieras pasado algún rato malo. Después de la primera salva con "Unsustainable", "Supremacy", "Supermassive Black Hole", "Resistance" y "Hysteria" (no en ese orden, pero algo así era), llegó un lote de cuatro canciones del último disco.

Pero antes de entrar en detalle, aunque esto esté empezando a ser un poco caótico, he de mencionar que el principio del concierto no me gustó demasiado. La única regla que hay que seguir es que hay que comenzar con un tema del disco que se está presentando. En este caso, se eligió "Unsustainable", que me parece buena idea, pero que tuvo el problema de que no levantó al público como debería hacer un buen inicio. Además, ver a Matt y Chris (especialmente este último) casi inmóviles alrededor de la batería, no era algo precisamente motivador.

Sin embargo, a Matt le vi más suelto que de costumbre, dando vueltas (y algún batacazo) alrededor del escenario, de rodillas a lo Hendrix (hay riffs que piden a gritos ser tocados de rodillas), y hasta sin la compañia de su guitarra en los temas más electrónicos.

En fin, que me voy de lo que estaba diciendo: después de una selección variada de los últimos diez años, llegó el pack "2nd Law". Estuvo "Panic Station", que espero que se convierta en un clásico y escucharla en todos los conciertos de aquí a 2050, especialmente si sigue apareciendo en las pantallas el alienígena tocando el saxofón; la ya mencionada "Madness", "Animals", "Follow Me", "Liquid State" (con un Chris muy convincente a la voz, se nota que ha ensayado) y "Explorers", previa dramática subida del piano al escenario. En cierto modo, dejó algo frío; pero bueno, para algunos estuvo bien quitarse todo aquello de encima pronto y empezar con los temazos del pasado.

Es cierto que entre medias hubo alguna interrupción, especialmente "Falling Down" (hubiera resultado bastante inesperada de no haber sabido yo que ya había sonado en Montpellier y París), y "Time is Running Out", que resultó muy de agradecer.

Muse tocó los tres temitas electrónicos de su repertorio seguidos ("Madness", "Follow Me" y "Undisclosed Desires"), y justo después, tocó "Plug in Baby". Siendo el primer tema que sonaba de su mejor disco, la gente se volvió totalmente loca (como pasa siempre). Creo que nunca me cansaré de sentir esos escalofríos cuando sabes que llega el estribillo y que 15000 personas están ahí, pegando botes y a punto de gritar... No creo que haya otra canción en el mundo que suene así en directo.

Y después de que la dichosa ruleta nos premiara con "New Born" (ya digo, si hubiera sonado "Stockholm Syndrome" en su lugar no me hubiera importado demasiado), las estructuras que colgaban del escenario y que actuaban como pantallas, se cerraron alrededor de la banda. Fin de la primera parte.

Faltaban los bises, obviamente. "Isolated System" sonó mientras en la pirámide se proyectaban las típicas imágenes críticas y tal y francamente no presté ninguna atención porque ni siquiera se les veía. Ya me volví a levantar cuando sonó "Uprising", y, sobre todo, cuando Chris cogió la armónica, porque todo el mundo sabía lo que iba a pasar a continuación: "Knights of Cydonia".

Si digo la verdad, temí que aquello fuera a ser el final del concierto, porque lo fue en el Resistance Tour, y no les hubiera perdonado la ausencia de "Starlight", francamente. Así que cuando tocaron el "Knights" (muy bien, como siempre) y se fueron, me puse nervioso.

Pero sabía que no me iban a decepcionar: volvieron arriba, tocaron "Starlight" y todavía tengo la voz hecha una pena. Es muy difícil cantar en tono cuando miles de personas a tu alrededor están haciendo lo mismo, pero bueno, es una manía que tengo, no vaya a ser que se calle todo el mundo y esté yo desafinando.

Se podría poner alguna objeción a que el tema que usaron para acabar fuera "Survival". Pero llegados a ese punto, podrían haber tocado "La raja de tu falda" y la gente se hubiera ido igual de contenta para casa.

En resumen: Muse en directo no decepciona nunca. El espectáculo de luces y demás fue más parco que en el pasado tour, con sus gigantescas columnas y pirámides, pero fue decente. El sonido estaba algo enmarañado, pero fue aceptable. Y tocaron prácticamente todo lo que tenían que tocar. Se puede pedir más, pero tampoco es cuestión de exigir.

Ahora, si me preguntáis, después de "Plug in Baby" y demás clasicazos de Muse, ¿qué fue lo mejor del concierto?

El "Whirring" de The Joy Formidable, los teloneros. Siete minutos de noise indie shoegaze ultrasónico que me teletransportó al futuro un rato mientras la canción crecía y crecía y crecía sin límites, y el batería hacía un solo y se le caía una baqueta y la chica daba vueltas y seguía subiendo la mano por el mástil, cada vez más agudo. Wow. Me dejaron con la boca abierta, y eso que su sonido era peor que el de Muse. Impresionante.

Quixote

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