El otro día nos pedían/exigían en las sugerencias que indagáramos más
en grupos nacionales y cosas más actuales. Como yo soy aquí el adalid del rock
nacional (y como llevo un mes sin publicar), parecía una tarea pensada justamente para mí, y desde entonces llevo
devanándome los sesos sobre qué grupos serían los candidatos idóneos para la
lista. No tenía claro qué meter, así que he decidido hacer un breve análisis de
tres discos relativamente recientes que, o bien llevaba tiempo queriendo
criticar, o bien vienen al caso o bien he escuchado recientemente. No
necesariamente por ese orden. Vamos a ello.
Pero
antes, aprovecho para informaros de que ya, por fin, tenemos una cuenta de
Twitter para el blog. Podéis seguirnos aquí y así hacer del universo y
Betelgeuse 5 un lugar mejor. Ah, y aviso (no sé si debería hacerlo, que mis
compañeros me perdonen) para recordaros que dentro de poco habrá aniversarios o
celebraciones chachis que os harán sentir orgullosos de ser fans nuestros. Ahí
lo dejo.
Rulo y la contrabanda – Especies en extinción (2012)
Tras
una dilatada carrera como líder y cantante de La Fuga, Rulo inició su andadura
en solitario en 2010 con un disco titulado Señales
de humo, que ya comentamos aquí en su día y que es una auténtica joya del
rock español de los últimos años. Después del directo A ras del cielo, el año pasado, volvió el cántabro a finales del
mes pasado con su segundo trabajo de estudio, Especies en extinción que, básicamente, es más de lo mismo, pero
mejor.
Es
cierto que Especies en extinción no
posee la frescura y la originalidad que encontrábamos en el primer trabajo,
pero también es verdad que es un disco más maduro, más melancólico y al mismo
tiempo más variado, explorando sonidos más cercanos al pop o al pop-rock en
algunas ocasiones, y cayendo menos en la monotonía y la repetición. Se abre con
“Al infinito”, y durante la primera mitad del álbum se desgranan temas
maravillosos como “Divididos” o “A punto de colapsar”, que nos ponen ya sobre
la pista de en qué va a consistir el resto del álbum.
Nuevamente,
el punto fuerte de Rulo son las letras, aunque aquí la instrumentación destaca
más, casi tanto como lo hacía en La Fuga, pero con un estilo más ligero y asequible.
En las letras el disco no se aparta mucho de su predecesor, salvo que aquí son
quizá más trabajadas. Rulo ya no tiene que prometer ni demostrar nada: ahora
únicamente tiene que consolidar su estilo, y por eso se permite también
experimentar un poco, como hace en el último tema, “El vals del adiós”, en
colaboración con Bunbury.
LO
MEJOR: temas como “Al infinito”, “Divididos”, “Mi pequeña cicatriz” o “A punto
de colapsar”.
LO
PEOR: es sonido no es tan fresco ni original como en su primer trabajo.
VALORACIÓN:
8/10. Un disco maduro y correcto, que sirve para consolidar a la perfección a
uno de los mejores artistas del rock español de los últimos tiempos.
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José Andrëa y Uróboros – Uróboros (2012)
A
finales del 2011, el que durante más de quince años fuera vocalista de la banda
de folk metal Mägo de Oz, abandonó el grupo con ciertos roces, para formar,
junto con sus compañeros Peri y Kiskilla (y el guitarrista Juan Flores “Chino”
y el batería Juanjo Frontela) un proyecto que llevaba rumiando varios años, y
que lleva por nombre Uróboros. El resultado es una mezcla de rock duro, algo
de folk, blues y mucho surrealismo embutidos en un primer disco homónimo cuyo
fracaso solo puede equipararse al de Bürdel King (el proyecto alternativo de
Txus di Fellatio, líder de Mägo). Pero vamos al disco.
Hay que
reconocer que José, después de una temporada un tanto baja en Mägo, con la voz
bastante machacada, está en un buen momento, aunque ni por asomo se acerque al
virtuosismo que llegó a alcanzar en 2008 (más o menos, para mi gusto, fue en
ese momento cuando alcanzó el punto álgido de su carrera como cantante). Y eso,
en una persona que ha sido considerada durante años el mejor vocalista de metal
en español, es algo muy a tener en cuenta.
El rock
de Uróboros es infinitamente más digerible y fácil de escuchar que el de Mägo,
a pesar de los tintes blues (o quizás a causa de ello, porque en el rock patrio
funcionan bien…), y eso queda claro desde el primer tema “El tren”, que fue al
mismo tiempo single promocional del disco, y que también pone de manifiesto el
gran problema del álbum: las letras. Simplonas, aburridas, típicas, o
simplemente horribles, según el caso (también hay cosas salvables, pero son las
menos). “Qué huevos tengo al dar lecciones de moral”… Lo siento, José, pero no, versos así no son buenos, ni te quedan bien a ti.
LO
MEJOR: hay temas interesantes, como “Al otoño espero” (que tampoco luce en la
letra, por otra parte), “Frío” (que me recuerda mucho al “Dime que me quieres”de Tequila, en su versión más lenta de Los Lunes Que Quedan, y que por otra parte
es la única canción que puede presumir de letra… porque no es suya, sino un cover de Alarma!!!) o “Ni afinado ni medido”. Y
por otra parte, “No cuentes con ellos” es un tema bastante bueno.
LO
PEOR: que José se metió un chute de ayahuasca tan épico al componer esto que no
hay Dios que lo entienda, y no puede tomarse en serio (el “yeah!” con que
cierra “A cubazos” es patético). Y la versión de “La canción de los deseos” es horrible si la comparamos con la de Mägo.
VALORACIÓN:
6,5/10. Si no fuera todo tan extraño e inconstante, y las letras estuvieran más
cuidadas, el disco podría haber triunfado. Pero de momento, se queda en un
experimento mediocre, que no promete demasiado.
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Extremoduro – La Ley Innata (2008)
Los de
Robe llevan desde hace más de 20 años ofreciendo un rock complejo, cargado de
poesía y buenas guitarras, heredero de los mejores grupos de los 80 (como
Barricada) e influencia de gente como mis queridos Marea o Platero y Tú. En
todos estos años han compuesto temas míticos, reconocibles al instante, como
puedan ser “Standby”, o “Salir”.
Si
tuviera que destacar un álbum, sin embargo, sería el que hoy traigo, y que no
contiene ninguno de sus mayores éxitos, debido, entre otras cosas, a que se
compone tan solo de seis temas, cada uno de los cuales ronda los 6 o 7 minutos
de media, y que combinan a la perfección ese rock duro, urbano y lleno de
lirismo, con una complejidad instrumental que tiene ciertos tintes de rock
progresivo o de ópera rock. De hecho, y salvo el tema que abre el trabajo (“Dulceintroducción al caos”) y el que lo cierra (“Coda flamenca (otra realidad)”), todos pertenecen a
una misma composición, estructurada en movimientos, que comparte letras y
acordes.
A destacar,
sin duda, las magníficas letras de Robe, aunque también las magníficas
guitarras de Iñaki Antón, la complejidad de las canciones y la producción
impecable son bastante notables. Y la portada es épica, por otra parte.
LO MEJOR:
los temas “Segundo movimiento: lo de fuera” y “Tercer movimiento: lo de dentro”
(y sobre todo este último), son insuperables.
LO
PEOR: la canción que cierra el trabajo, “Coda flamenca”, sin ser un mal tema,
queda demasiado incongruente con respecto al resto del álbum.
VALORACIÓN:
8,5/10. Sin la menor duda, uno de los mejores discos de rock en español que he
escuchado en bastante tiempo.
Hacía tiempo que no me dejaba caer por aquí, y pido perdón (estoy escuchando también el último podcast que habéis colgado- no me dais ninguna envidia =P) y la verdad que me quedo con esta entrada.
ResponderEliminarLa verdad es que yo, a excepción de Marea, alguna canción suelta de Extremo y de algún que otro grupo, el rock nacional lo tengo bastante ignorado. ¡Y es una enorme injusticia!
Rulo y la contrabanda es genial, es cierto que puede ser un poco repetitivo con tanto aire nostálgico (encima tengo la desgracia de que me recuerde a alguien xD) pero en general, me gusta mucho.
Del pobre Jose Andreä ni había oído hablar, y aunque parezca un poco inculta (musicalmente hablando) tampoco tengo ni idea sobre los discos de Extremo.
Pero bueno, para eso os tengo a vosotros =D
¿Por qué dices que no te damos ninguna envidia? xD Me alegro de que estés escuchando el podcast, ya nos dirás qué te parece :) Y no te preocupes por abandonarnos, que te pases ya lo agradecemos infinitamente :P
ResponderEliminarSí te gusta Marea, tienes que meterte más de lleno en Extremoduro. Yo estaba en tu misma situación hasta hace cosa de un año, que me metí más seriamente con el rock nacional, y fue entonces cuando conocí a Rulo, a Sôber, a Platero y a tantos otros... Con Extremoduro me metí en serio hace cosa de un mes, y son fabulosos.
Y en cuanto al pobre José, raro es que no hayas oído hablar, durante su etapa en Mägo de Oz se le ha considerado a menudo el mejor vocalista de metal en español de la historia, superado solo, en ocasiones, por Leo Jiménez y por el cantante de Kraken (cuyo nombre ahora mismo no recuerdo...)