viernes, 18 de agosto de 2023

SoundClash: el Podcast: el Artículo: Chris Rea vs. Willy DeVille


Vuelve la magia y la alegría y la música, vuelve SoundClash, que de hecho no se ha ido en realidad porque vive en el corazón de los niños buenos. Las caras que se enfrentan hoy son la de Chris Rea, que es como muy británica del mismo Middlesbrough, aunque su alma pertenezca más al delta del Mississippi, y la de Willy DeVille, un rostro como de bohemio cajún que vamos a extender también a su etapa de grupo, con Mink DeVille. Tan distintos y, a la vez, tan diferentes.

Las casas de apuestas dan como favorito a Chris Rea, aparecido a finales de los setenta como bluesero con disfraz de yuppie, importando el soft rock californiano a las frías aguas del mar del Norte. Mi canción favorita de su extenso repertorio es "Candles", un tema que conjuga sus señas de identidad: voz rasgada, guitarra con poco protagonismo pero que cuando lo tiene es demoledora, y una no desdeñable cantidad de caspa que es lo que le da sabor. Con DeVille y sus confluencias no he tenido tanto trato, por lo tanto queda más como incógnita que tiene ciertas papeletas de seducirme con su magnetismo de coyote. Al fin y al cabo, Bob Dylan, Mark Knopfler y Jack Nitzsche no pueden equivocarse todos a la vez, y lo tenían de referente. Veremos qué es lo que sucede... ¡ya mismo!

RONDA 1: Canción top 10 al azar: "Let's Dance" vs. "It's So Easy"

En general, la calidad del pop clásico cayó en picado cruzado el ecuador de los 80, a medida que dio paso a géneros más frescos como el hip hop, la electrónica, el R&B contemporáneo o el rock alternativo. Chris Rea, de alguna manera, desafió la tendencia pariendo algunos de sus discos más satisfactorios justo en esos años, como el Dancing With Strangers de 1987 que contiene este "Let's Dance". No diría, sin embargo, que la canción es una de sus obras mejor realizadas, precisamente. Un riff bluesero y el compromiso de autenticidad del inglés, que nunca se abandona al horterismo de la producción, no terminan de rescatar del todo una base barata con hits orquestales de Casio y algún elemento similar que suena más envejecido que la música de raíz de los 60 que lleva Rea en las venas. Si se hubiera prescindido de esa artificialidad, de ese asepticismo rollo dormitorio de Patrick Bateman, tampoco es que hubiera salido a la superficie una gema (el estribillo es la voz cansina de Chris Rea susurrando "let's dance" con toda la intensidad de una sobredosis de fentanilo), pero menos es más, lema que desde luego en 1987 nadie fingía conocer.

Ahora dejemos a DeVille inyectarnos adrenalina en la carótida mismamente con su "It's So Easy", al parecer presente en el Death Proof de Tarantino (y previamente en Cruising, de William Friedkin, tristemente fallecido el otro día) que, opines lo que opines de él, hay que reconocer que sabe elaborar bandas sonoras icónicas. Es punky y endiablada, y no le dura una tonalidad más de unos pocos compases. El macarra de DeVille, que recita, ríe, gruñe, grita y se pavonea, es, en efecto, una presencia atractiva como pocas. La canción será poco más que un gancho de dos notas de guitarra chisporroteante, pero la amenaza de Willy, a caballo entre Billy Gibbons y Lemmy (registros que la verdad no esperaba en particular de él, quizá por mi desconocimiento), la convierte en dos minutos de boogie imparable. "If you're gonna drown, do it the right way", nos dice, y yo entiendo que esa manera correcta es con bourbon, si no no se explica. Empieza el amigo Willy de forma apisonadora.

Con lo que se conforma la primera sorpresa de la tarde, una victoria a mi juicio bastante del chamán de... ¿Stamford, Connecticut? Casi amerita un punto extra que tal trallazo del desierto provenga de la verde campiña de Nueva Inglaterra. El caso es que gana DeVille.

CHRIS REA 0 - 1 WILLY DEVILLE


RONDA 2: Canción top 10 al azar: "Looking for the Summer" vs. "Demasiado corazón"

Rea debe "rea-cerse" (jejeje), y para ello saca al campo de batalla una canción aún posterior a la primera. En 1991 Kurt Cobain asaltó la MTV pero el señor británico que nos ocupa estaba demasiado preocupado buscando el solecito y tomándose sangrías como para prestar atención a las modas musicales de la época. "Looking for the Summer" muestra al cantante no persiguiendo el calor en Estepona como podrían hacerlo sus compatriotas más parasitarios, nada más lejos: esto suena a desierto (o a la versión Dire Straits del desierto): agobiante, tortuoso, le faltan las líneas Schlieren nada más. Da la impresión de que en cualquier momento alguien va a gritar "Canyonerooouuu". Y es que efectivamente la comparación de Rea y Knopfler, en muchos aspectos, puede ser acertada: el primero no es tan virtuoso con las seis cuerdas, pero su voz de barítono es bastante menos desagradable; por lo demás, ambos beben de la tradición del blues y son extremadamente hábiles a la hora de crear canciones que se sienten como trabajar en un horno de pan en agosto. Hay una leve huella de playboy playero (véase la siguiente ronda) en Chris Rea que no existe en su coetáneo y sultán del swing, eso sí, y en "Looking for the Summer" está, aunque domesticada, aún patente. No me disgusta, ciertamente, pero tampoco me tiro por un puente por ella.

Uno de los momentos más bizarros de mi vida como telespectador de cosas fue cuando Edu Soto imitó (bastante mal, dicho sea de paso, aún siendo yo, como toda persona de bien, alguien que cree que Edu mereció ganar ese concurso y que odia a Ruth Lorenzo desde entonces por robarle la victoria) a Willy DeVille en Tu cara me suena: he de confesar que es, de hecho, una fantasía mía que a alguien le toque emular a Damo Suzuki (o en su defecto a Mark E. Smith) en el programa de Antena 3 ante la confusión de Lolita y el exagerado estupor de Àngel Llàcer, y lo más cerca que hemos estado ha sido DeVille. Al parecer su escueta fama en España se debe a este tema que según he podido indagar fue sintonía de algún programa de cotilleos cuyo nombre no consigo averiguar, pero que llegó a ser versionado por Ketama, porque sí. El caso es que en manos de alguien con menos cariño al mundo latino, esto podría haber sonado a parodia, a novelty hit. Un tipo bastante estrambótico, cantando en clave de salsa chicana, entre solos de timbales y estentóreas secciones de metales... está a un acordeón de ser "Weird" Al Yankovic. Pero es que Willy tiene, valga la redundancia, demasiado corazón, y hasta esto le sale bien. Es divertido, adictivo y un ejemplo claro de disonancia melonarrativa ("every morning I'm broken / every day I die", mientras lo acompaña la música más dicharachera de tu vida).

Me temo que Mr. DeVille está listo para su primer plano, y su segundo punto. Vamos Chris, levántate que tú puedes.

CHRIS REA 0 - 2 WILLY DEVILLE


RONDA 3: Actuación en directo al azar: "On the Beach" (1994) vs. "Loup Garou (2002)"

Chris Rea busca resucitar con esta, mi segunda canción preferida de su trayectoria y otro ejemplo claro de su querencia por lo veraniego. En "On the Beach", sin embargo, es todo decadencia ochentera y chiringuito ibicenco: tras una breve introducción rollo ambiental entramos de lleno en el riff bluesero, terreno familiar, y la gente estalla de júbilo. A Rea le beneficia el contexto del directo porque, sin su confiable Fender, parece símplemente un crooner un poco trasnochadete, en lugar de un guitarrista con mucho gusto; por continuar con equiparaciones indebidas, me recuerda a John Mayer, al que si no ves con tus propios ojos invocar a los espíritus del blues ancestral podrías confundir fácilmente con una popstar abofeteable. El carisma no está desbordando desde luego, pero "On the Beach" es magistral, y sin esfuerzo realmente evoca la brisa marina y el oleaje sin perder por el camino el appeal radiofónico ni convertirse más en música de fondo que otra cosa. La banda acompañante, además, es estupenda, llevando con brío los interludios rollo smooth jazz con precisos licks de bajo y teclas. ¡Hasta hay tiempo para un outro en el que se adentran sin comerlo ni beberlo en el reggae. Es una canción magistral, magistralmente interpretada, y con sorpresitas resultonas, todo lo que se puede pedir en esta categoría.

DeVille, sin embargo, juega en casa: sus alocadas y arraigadas performances son un marcado selling point de su arte, y aunque el público berlinés no parezca quizás el más adecuado para su particular oferta de rock vudú, todo son vítores en cuanto entra en escena, cosplayeando del Drácula de Gary Oldman o algo similarmente victoriano y siniestro, pero con un piti, mientras suenan los infernales acordes de este "Loup Garou": hombre lobo. Estamos dentro del Bayou, de inmediato. ¿Es una gran canción? Odiosa pregunta, pero diría que sí en tanto en cuanto consigue exactamente lo que se propone, que es teletransportarte a las fauces de un licántropo en un bosque de Louisiana. El hipnótico sermón de DeVille, los repetitivos coros, la instrumentación a lo Tom Waits (que lo más inmediato sería ir a Dr. John, pero me recuerda más a algo del Swordfishtrombones casi). Son elementos que encajan como un guante en esta sesión de espiritismo, y eso es indiscutible. El aura que emana de esta actuación es muy, muy oscura, así que el objetivo está más que cumplido.

Pero, aunque peque aquí algo más de imparcialidad, tengo que concederle el punto a Chris Rea. "On the Beach" es mucho "On the Beach", y hay que darle emoción a la partida.

CHRIS REA 1 - 2 WILLY DEVILLE


RONDA 4: Peor single: "Loving You" vs. "Italian Shoes"

Aquí, como en las elecciones generales, vamos a por lo menos malo. Curiosamente, y quizá de forma opuesta a la mayoría de artistas, aquí la menos valorada de Rea pertenece a los inicios de su carrera, el cuarto sencillo de su cuarto álbum, justo antes de su ascenso a la élite. "Loving You" es un rock ligero con arreglos horteras de cuerdas y pianos Rhodes y vocalistas femeninas dando la réplica. Es más soulero de lo habitual, quizás, y me atrevo a aseverar sin atisbo de duda que me gusta más que cualquiera de las top 10 que han abierto la pelea. Imagino que al bueno de Chris le horrorizaría esa afirmación, porque apenas cuenta con detalle alguno de blues, salvo el riff de guitarra inicial. Está más cerca de Simply Red (si hubiera fumado más Ducados) que de Tampa Red, por así decirlo. O con otras palabras, es la mediatriz entre Chris de Burgh y Chris Isaak. ¡Los tres Chrises! ¡Reunidos! Ya no sé qué estoy diciendo: olvidadlo, y quedaros con que me ha gustado mucho esta canción.

"Italian Shoes" me recuerda a la peor canción de mis venerados Hall and Oates, "Italian Girls", así que espero que Willy no haya recurrido a acentos a lo Super Mario para este tema, de su último disco con los Mink DeVille. Es gracioso, de hecho, porque los sintetizadores sincopados, las baterías electrónicas, las guitarras temblorosas... son ingredientes muy propios del dúo filadelfiano, pero que a DeVille le sientan como a un Cristo dos Kalashnikovs (leo en RateYourMusic que un señor, italiano para más inri, también ha decidido tirar por la vía del símil en su crítica, pero ha elegido describirlo como mezclar la Nutella y el parmigiano reggiano, igualmente acertado en mi opinión). Tampoco me ofende escuchar al barón Samedi del rock convertirse en Phil Collins por un día, pero sí que me hace preguntarme qué infames sustancias recorrían su cuerpo esa soleada mañana de 1985 en que se le ocurrió cantarle a unos Moschinos y su capacidad de seducción sobre la base más artificial que podía comprar el dinero. Cómo se pasó de "It's So Easy" a esto is anyone's guess.

Decisión fácil para el empate de Rea, que se sobrepone a las adversidades y se planta en la última ronda con todo el ímpetu. Habrá que ver. 

CHRIS REA 2 - 2 WILLY DEVILLE


RONDA 5: Primer disco: Whatever Happened to Benny Santini? vs. Cabretta

Me considero afortunado de que no haya tocado "mejor álbum", porque el de Rea es, aparte de una maravilla desde luego (¡lo he oído, lo juro!), una boxset de 11 discos e idénticas horas de duración llamada (Blue Guitars), una carta de amor al padre de todos los géneros en la que toca desde los espirituales de principios del siglo XX hasta el blues rock de los 70, pasando por el blues de Memphis, el de Chicago, y hasta el irlandés, sea lo que sea eso. Pero no, hay que hablar del debut, Benny Santini. Como comentaba, no son sus primeros lanzamientos los mejor considerados por el panorama crítico, pero ese suele ser inversamente proporcional a mi propio criterio, así que qué más da. Es un buen disco de soft rock setentero, como bien demuestra el tema homónimo y, especialmente, el gran hit del conjunto "Fool If You Think It's Over", una estupenda balada que sirve un poco de adelanto a otros temas futuros de similar éxito y elegancia. Mi corte favorito está en esa línea también: "Because of You" es otra de las de bailar agarrao, con unas armonías californianas un poco antitéticas al espíritu de Rea, pero que le sientan bien. No tiene miedo, tampoco, de echarle la culpa al boogie de vez en cuando: "Dancing with Charlie" y el colofón del álbum, "Fires of Spring" son más cañeras. En resumidas cuentas, un disco de rock ligero de los late seventies más que digno, un poco en la vena de Eddie Money, lo cual en mi caso es un cumplido.

Willy y sus Minks vienen fuerte, por otra parte, con Cabretta, que es reconocido como su ofrecimiento más consistente, si bien yo ya lo había escuchado hace años y tampoco me había volado la cabeza. En esta segunda impresión, ahora que ya estoy un poco condicionado a quererle un poquito, me ha encandilado más, pero quizá de lo que más peca, por sorprendente (o a lo mejor no) que parezca habiéndole conocido tantas facetas, es de falta de personalidad: tiene un modo Springsteen bastante ubicuo, como en el tema inaugural "Venus of Avenue D" (donde sí saca al animal punkarra al menos en el estribillo) o en mi predilecta "She's So Tough"; quizá sea simplemente que cuesta hacer rock de raíz yankee con saxofones sin invocar al Boss, pero hay otros ídolos del rock clásico a los que DeVille emula aquí, en particular a Mr. Fogerty ("One Way Street") y Mr. Reed ("Spanish Stroll"), aunque sea un Reed un poco más aficionado a "La Bamba" de lo habitual. Hay otros refritos, como el tufillo Brill Building del "Little Girl" de las Crystals, pero Willy está en su peak cuando es él mismo, a lo que se acerca más en "Cadillac Walk", un tema de rock pisotoneante sureño, que en las otras. Hay calidad, hay madera, pero aún continúa dejándome ligeramente frío.

DeVille se lleva el cariño de toda esta gente y un renovado respeto por mi parte, pero si voto con el corazón tengo que darle la victoria a Chris Rea y su algo genérico pero comfy pop rock, sexy y a la vez con clase. 

CHRIS REA 3 - 2 WILLY DEVILLE


Esto ha sido todo. Estamos en Twitter, como bien sabe quien lea esto, donde acostumbramos a postear una canción cada día de carácter variopinto: hoy ha tocado soul de Philadelphia, el otro día banda sonora de anime, y en breve Mercedes Sosa. ¿Qué más se puede pedir? Si acaso una nueva entrega del podcast del año, pero entre tanto podéis esperar también a la siguiente batalla de esta versión escrita: el revival country de la Nitty Gritty Dirt Band se ve las caras con los bailes funkies del dúo Moloko (esta vez Róisín Murphy va aparte, que ya sería abusar). Hasta entonces, solo queda estar expectantes. ¡Chaoo!

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