Pues
resulta que hace poco me compré la discografía completa de estos chicos previa
a aquel fiasco en forma de tri-lanzamiento para aprender a contar y HOLA,
JODER, ESTOY AQUÍ DE NUEVO.
No
diré que hemos vuelto, porque lo digo cada vez que pasan muchos meses entre
reseña y reseña, que es siempre, pero… hemos vuelto.
Y
estoy demasiado vago como para extenderme mucho, así que como ya hablamos en su
día un par de veces de Green Day (ver aquí y aquí), pues no presentaré más detenidamente
este trabajo que es, junto con Dookie (1994),
uno de los grandes discos del trío punkarra. Decía Álvaro en un podcast hace mucho que si sacaban disco bueno cada diez años, en 2014 tocaba uno que sería
la repanocha. Las predicciones nostradamitas fallaron, creo, pero ahí nos queda
esto.
Los
cuatro primeros temas del álbum son su espina dorsal y, de lejos, lo mejor que
se nos ofrece (con una salvedad que llega casi en el cierre). “American Idiot”,
además de ser la obligada canción/single homónimo, nos recuerda un poco a la
acidez de los Sex Pistols hablando de Inglaterra (o no), solo que aquí la gente
dice que tenemos insultos hacia Bush, y el poder aleccionador de los medios de
comunicación. Y la palabra “redneck”, que siempre aporta cosas. Tan cañera como
pegadiza (y simple, de paso), es un buen golpe de efecto para comenzar.
“Jesus of Suburbia” fue en su día mi tema favorito de Green Day, hasta que llegó
“Holiday”, y fue también la primera canción del grupo en la que indagué por mi
cuenta. Expone a la perfección la naturaleza del disco como ópera rock, al
estar dividida en cinco partes perfectamente diferenciadas, que se van
construyendo entre lo baladero y el grito quejica (mis dieses a la batería, por
cierto), y que explotan en la última sección. La letra, como se puede imaginar,
mucha crítica social, y bullshit de esa.
Resulta
que “Holiday” es ahora mi tema favorito de Green Day, tras mandar a paseo a
“Jesus of Suburbia”. Es una canción que “va de cosas”. Cosas bonitas, alegres y
positivas, como explosiones, muerte, y la guerra en general. La línea de
guitarra es una pasada, y los coros voceados la hacen perfecta para karaokes
colectivos, como yo mismo demuestro en un vídeo grabado esta misma semana al
que jamás tendréis acceso. También es genial para ir de copiloto en un coche
mientras el conductor acelera y derrapa y el volumen despierta a la única
pasajera de detrás. Hay cosas que es mejor que no sepáis.
Las
últimas notas enlazan en un continuo espacio-tiempo con el inicio del
siguiente, “Boulevard of Broken Dreams”, del que me da una enorme pereza hablar
siquiera, al ser la canción más archiconocida y radiada del trío de… No
recuerdo de dónde eran estos tipos. No me apetece buscarlo. Algún lugar en la
Tierra, creo. Total, que tenemos una letra hablando de un tío que va andando
sin encontrar a nadie en una metáfora curiosa de la soledad. Es una especie de
balada cañera que, si no fuera por los millones de veces que la he oído y los
“ah-ah, ah-ah, ah-ah, ah-ha”, me gustaría mucho más. Pero está guay, aun así. Y
queda mu cinemática en el videoclip, o algo.
Como
ahora vienen los temas menos conocidos y yo en el fondo soy un poco posturer,
pues me detendré menos. En “Are We the Waiting” se hacen referencias a los
temas anteriores, y creo que está parte de la clave para entender el tema de
esto, que es un disco conceptual (algo de un tipo que odia a su ciudad y los
que viven en ella, y se larga, y tal), pero como soy muy vago, me quedo con los
coros que preguntan “Are we, we are, are we, we are the waiting?”. De inmediato (en la versión del disco que me he bajado, de hecho, están en la misma pista. Y sí, me lo he bajado por la pereza de tener que encender el otro portátil o el discman para reproducir el álbum físico) se enlaza con la mucho más rápida “St. Jimmy”, que va más en la línea de un
punk clásico, y que nos cuenta la historia de un tipo marginal muy similar al
que se describe en “Jesus of Suburbia”. “The son of
a bitch and Edgar Allan Poe”, literalmente. Ojo.
“Give Me Novacaine” se disfraza de canción de amor, pero va de drogas. Con sutileza
cero. Es empalagosa, y me da ganas de vomitar navajas oxidadas. No, ahora en
serio, esto es de lo más de quinceañera de todo el disco. Menos mal que “She’s a Rebel” (estas dos también están arrejuntás, qué mierda es esta) nos… Vale, menos mal que nada. Esta se disfraza de canción de amor y
no sé lo que es, solo que presenta a otro de esos personajes con dos nombres
(el otro aparece en el último corte). Musicalmente no está mal, aunque suene un
poco tópica y se abuse ya de la reverb en la voz.
No
entiendo lo tribal que abre “Extraordinary Girl”, ni el regusto como oriental
que queda después. Creo que Jimmy y Whatshername se han encontrado, pero yo que
sé. Ni siquiera sé si tiene sentido lo último que he dicho. No me gusta cómo
abre Billie Joe las vocales al final del estribillo, se va a convertir en
Bunbury. No quiero dedicarle más tiempo a un tema de amor, no me apetece hoy.
No se me da bien criticar punk.
Los
versos que abren “Letterbomb” con voz de joven en la radio o similar me hacen
mucha gracia, porque el primero, “nobody likes you”, aparece impreso en mi taza
de café a las tres de la mañana mientras escribo esto. La verdad es que la
canción mola, aunque su gran problema es que todo lo que ofrece ha sonado ya antes:
la instrumentación, los recursos de reverb o coros, las referencias a temas
anteriores, el cuadro de una ciudad miserable… Con todo, la mezcla resulta más
que decente, y supone una subida con respecto a los últimos temas.
Te lo dice la taza, (no) querida lectora... |
La
subida se mantiene un poco ahora que llegamos a “Wake Me Up When September Ends”, la otra canción revientaradios de Green Day, y en este caso una balada
que empieza muy sencilla, con solo una guitarra (y luego campanillas
celestiales, o tripas de unicornio, o algo) y a la que solo podemos reprochar
que no rompa con más fuerza por parte de Billie Joe cuando entra el resto de la
instrumentación. La tristeza de la letra es tópica, indiferente y palpable: no
importa tanto lo que cuenta, que me da un poco igual, sino lo bien que transmite
la sensación.
El
otro tema complicado y dividido en tropomogollón de partes es “Homecoming”, del
que os hablaré ahora porque qué remedio. Se nos cuenta el final de St. Jimmy,
bastante coherente con lo que sabíamos de él, hay un rollo de desfile militar
funeralísimo en un momento, seguimos teniendo una ciudad de mierda presente de
la que hay que huir, nadie te quiere (again), y las partes tres y cuatro son
obra, gracia y voz de Mike y Tré, respectivamente. No aportan mucho, y no
tienen nada que ver con todo lo demás, lo que nos hace agradecer la vuelta de
Billie Joe en la quinta parte, “We’re Coming Home Again”, que como indica el
título nos devuelve los tópicos y atmósfera presentes en todo el trabajo, y que
seguramente sea lo mejor de estos nosecuantos minutos.
La
última canción del trabajo, “Whatsername”, no parece encajar demasiado con el
resto, y no termino de saber qué pinta aquí. Es una balada decente, pero lo
único que pienso decir de ella es que me recuerda demasiado a un tema de “Tú la
letra, y yo la música”. Sí, esa comedia romántica de Hugh Grant y Drew
Barrymore de la que sacamos la sintonía de nuestros podcast. La misma.
Y
esto se ha acabado o algo.
La
verdad es que hay bastante consenso en que es el mejor disco de estos tipos, y
me parece bien, porque es el que a mí más me gusta, y como tengo 15 años y
estoy hormonado a tope, mi opinión mola fuerte. Bugatti, tronco.
Escuchadlo,
hombre, que está chachi.
Yo
me voy, que estoy to puesto de spleen.
Allez-y,
mes ami!
Buenos anocheceres cósmicos, y buena suerte.
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¿Tengo que escuchar
esto?: ja, warum
nicht.
Si solo tuviera que
escuchar una canción:
voy a decir que “Holiday”, que por algo es mi canción favorita de esta gente
ahora mismo.
¿Dónde debería
escuchar esto?: en
los suburbios de alguna ciudad chunga, rodeado de grafitis, jeringuillas y la
esperanza truncada de un futuro mejor.
Me ha gustado, ¿dónde
hay más?: al
principio odiaba el 21st Century
Breakdown, pero luego le cogí cariño. Dookie
es el otro gran clásico. Y como compendio, el directo Awesome as Fuck, que os enlacé más arriba, está guay. Y luego, pues los Sex Pistols y The Clash, creo. Y los Ramones. O no, yo que sé. Dejadme en paz, no preguntéis
tanto, cojones. Enlazo porque sí a un artículo de Quixote. Hala, idos a pastar.
¿Soy alguien raro porque no me gusta Wake Me Up When September End? Me gustan más muchas otras canciones de este mismo disco. Y menuda gozada que es Jesus of Suburbia con momento Ring of Fire incluido.
ResponderEliminarEres raro, pero no por esto. De hecho, me pasa con "Wake Me Up When September Ends" lo que con "Boulevard of Broken Dreams", que me hastía un poquito de tanto oírla. Y al margen del cansancio, hay un buen puñado de temas del disco que me parecen bastante mejores. "Holiday" y "Jesus of Suburbia", sin ir más lejos, creo que son muchos enteros mejores canciones que ella. Entre otras, vaya, no son las únicas canciones mejores en este disco.
Eliminar¡Gracias por pasarte!