viernes, 19 de abril de 2013
1991: El Grunge (2x1 Pearl Jam + Nirvana)
1991: un año dorado para la música. Pocas veces se han juntado tal cantidad de discos clásicos en un mismo año. Es decir, pocas veces se ha dado tan buena música al mismo tiempo. A finales de los 60, pero eso es otra liga. Este es el año del Grunge, un movimiento que resultó ser necesario.
¿Y eso tío? Pero si la música de los 80 molaba… Sí, pero hasta cierto punto. La música se había exagerado hasta límites insospechados, incluso absurdos, por la influencia de la MTV. Eran los tiempos del heavy de cardados, de Rick Astley y de los Depeche Mode felices. Algo espantoso. Ese modelo de música necesitaba algo opuesto que le soltara una patada en el culo.
La patada llegó en 1991: por un lado, el Thrash Metal se coló en la escena mainstream, gracias al Black Album de Metallica, que permitió el avance en tropel de grupos de Metal bastante cafre hacia el gran público como Pantera o Sepultura; por el otro lado, un contingente de grupos de Seattle convulsionó el Rock and Roll, era rock del de toda la vida, algunas cosas más punk, otras más metaleras, pero con una fuerza nihilista imparable. Sí señores, esto es el Grunge.
Pearl Jam -Ten
Pearl Jam nació de un cúmulo de bandas fracasadas en los 80, como Green River, Mudhoney o Mother Love Bone, y tomando músicos de todas ellas hasta conformar el line-up de este disco. Nótese que es el único disco de debut de los dos reseñados en este artículo (al contrario de lo que se tiende a pensar comúnmente), y ya me permito adelantarlo, uno de los mejores discos de debut de la historia.
Pearl Jam tiene un estilo que se acerca bastante al Rock Clásico setentero, sin embargo, ese toque se suma a la brutal energía nihilista que propulsa el Grunge, unión que se hace patente en la elegante y brutal voz de Eddie Vedder. Eso sí, afortunadamente, este grupo rebosa ampliamente de la actitud de “que te den” propia del Grunge.
El disco abre con “Once”, un trallazo que muestra las grandes bazas del grupo: letras inteligentes y enigmáticas, melodías implacables y una fuerza descomunal. La misma onda sigue en “Evenflow”, sin embargo, rápidamente nos topamos con el clásico “Alive”. Esta en concreto es una maravilla, puesto que siendo cañera y potente, tiene un estribillo apasionante que no puedes evitar cantar. De hecho, este estribillo es para cantarlo en un descapotable que circule a gran velocidad a grito pelado.
“Why Go” sigue este patrón con una tremenda efectividad. Es destacable lo compacta que suena la banda en su conjunto, con un batería preciso y contundente, y las afiladas guitarras de Mike McCready correteando por doquier. No obstante, la oscuridad del Grunge se va percibiendo conforme vas avanzando en la obra. La energía inicial se va cambiando poco a poco por una sorprendente intimidad, con una fuerza enorm a su manera (como “Oceans”, o “Release Me”).
Eso sí, los puntos fuertes del disco resultan ser dos canciones que combinan esta intimidad con una ferocidad abismal y extrañamente bella. “Black” es una canción de desamor que te desgarra por dentro, tanto por sus hermosas melodías, como por la letra. Cito parte de la letra, y con eso basta: “I hope you have a beautiful life, I hope you´ll be the star in someone´s else´s sky, but why… why can´t it be me”.
“Jeremy” es una polémica canción, que trata el tema de un niño deprimido por la ausencia de atención de sus padres y unos agradables compañeros de colegio que le maltratan… y opta por pegarse un tiro en la cabeza delante de sus compañeros, en la propia clase. La fuerza emotiva que extraen de esta premisa es increíble, y las letras, cautivadoras y explícitas (“Jeremy spoke in class today” // “Try to erase this form the blackboard”).
Ten es un auténtico disco de ROCK en mayúsculas que tiene todo lo que ha de tener: melodías increíbles, letras inteligentes, potentes riffs, estribillos memorables, es épico y emocionante, además de ser la bomba en sí.
TEMAS CLAVE: “Alive”, “Black”, “Jeremy”
VALORACIÓN: 9´8 (*****) Musicalmente, poco más se le puede pedir a un disco de Rock. Quizá decaiga un poco al final, pero eso no le resta nada el increíble mérito del disco. Alucinante, es una escucha obligada.
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Nirvana – Nevermind
La historia de Nirvana es la de una estrella fugaz. Llegó rápido, brilló con impactante intensidad, y se desvaneció. Nirvana era una banda muy underground de Seattle, bastante cutre, que peleaba por un sitio en la música. Fueron dando bandazos (como su primer disco, Bleach), cambios de formación inclusive, manteniéndose la esencia de Krist Novoselic al bajo, y sobre todo, Kurt Cobain como guitarrista y cantante.
Aunque había talento y calidad, la banda no terminaba de encontrar su camino. Y apareció Dave Grohl, una mala bestia a la batería, contundente como él solo, con una pegada descomunal, y de paso, con cabeza y sentido del humor (cosa que les faltaba a los otros dos).
Dejemos una cosa clara. Kurt Cobain es un mal guitarrista. No tiene técnica aunque se la regalaran, es malo, muy malo, malo con saña, nocturnidad y alevosía, tan malo que pega a los guitarristas pequeños (y si no me créeis, mirad como destroza el “The Man Who Sold the World” de Bowie en el Unplugged).
Sin embargo, Kurt Cobain es un compositor maravilloso, humano, cercano, con una fuerza increíble a la hora de transmitir, poseedor de una voz perturbadoramente hermosa, y rebosante de actitud por los cuatro costados. También cuenta con un extraño halo encantador entre las mujeres que nunca llegaré a entender del todo, dicho sea de paso.
Pasemos a analizar el disco. Empezamos con “Smells Like Teen Spirit”, una de las canciones clave de la historia del Rock. No es la mejor de Nirvana, a mi gusto, pero su impacto histórico es innegable. Cuando esos acordes limpios se transforman en un torbellino de furia adolescente, la falsedad de los cardados ochenteros, las hombreras y Rick Astley se van a tomar por culo. No hay nada que tenga esta actitud. Es tan directo, tan bestia, tan primario, que afecta a todo lo que pilla por delante. Implacable. Como el fenómeno del Grunge en sí.
El disco prosigue con “In Bloom”, más calmada, aunque mantiene estos estándares. “Come As You Are” tiene más matices, es terriblemente pegadiza, aunque como viene siendo este Nevermind, perturbador y bello. Además, te envuelve con esa guitarra bañada en chorus (pedal de efectos que popularizó el propio Kurt Cobain) y esa atmósfera cautivadora.
“Breed” muestra a Nirvana en su versión más brutal. De una guitarra sucia marcando un riff contundente, entramos a un break de batería sencillo (semicorcheas en la caja, acentuando cada tiempo con el bombo) pero efectivo y bestia, muy bestia,muy Dave Grohl. Y por si fuera, poco, el bajo de Novoselic entra a subrayar aún más este trallazo. Por supuesto, contamos con la desgarrada voz de Cobain, marca de la casa también, adornando todo el tema.
“Lithium” sigue la dinámica de “Smells Like Teen Spirit”, de estribillo pegadizo y bestia alternado con estrofa tranquila, no obstante, llega a su cénit en la continuación de los estribillos, distorsionada pero melódica a la vez. Y después de esto, nos encontramos con la sorpresa que es “Polly”, un tema acústico e íntimo, en el que toda la furia es sustituida por la sorprendentemente dulce voz de Cobain. Aquí se ve la verdadera faceta de Cobain como compositor: cautivador, íntimo, sobrecogedor, sencillo.
Sin embargo, la brutalidad condensada regresa en “Terriotorial Pissings”. Es como “Breed”, pero aún más cafre. Y mejor, por ende. Todos están en estado de gloria, Dave Grohl empujando el grupo como una mala bestia, Novoselic aportando el peso de su bajo, y Kurt Cobain presidiendo con su maltratada guitarra y voz.
Mención aparte, a lo largo de todo el CD, para la impecable labor en la producción de Butch Vig, buena parte de la contundencia del disco es responsabilidad suya, aparte del talento con el que supo sacar lo mejor de cada uno de los músicos. El disco se desarrolla a posteriori continuando en la línea de las canciones anteriores, con ese sonido crudo característico, simple y lleno de matices a la vez.
Sin embargo, la última canción del disco, “Something In The Way” es un broche de oro para este Nevermind. En vez de terminar a lo bestia, como se supondría de este disco, nos encontramos con un tema acústico, en el que un íntimo Cobain canta a su época de cuando era mendigo. La canción te envuelve poco a poco, discretamente, con unos arreglos de bajo y batería muy sutiles, y un cello solitario que va subrayando las desgracias de Cobain. Eso sí, la clave del tema es la intimísima voz de Cobain, que te canta a ti, y solo a ti, como si vivieras debajo del puente en el que él estaba. Maravilloso.
Todos sabemos lo que ocurrió tras el “Nevermind”. La personalidad autodestructiva de Kurt Cobain y el ascenso meteórico de Nirvana propiciaron una carrera corta pero muy intensa, que terminó con el suicidio del propio Cobain, que no supo cómo manejar la fama.
Sin embargo, el impacto que realizó “Nevermind” en la música fue total. Hay un antes y un después en la historia de la música. Fue “Nevermind” el que hizo explotar al Grunge como fenómeno de masas. Si, como decíamos al principio del artículo, el mundo de la música necesitaba una patada, Nirvana era el pie que la propinó. Después de Nevermind, nada fue igual en la música. Si observas con cuidado y una panorámica general la música de los 90, observamos que es más serena y profunda que la de los años 80, así como más oscura. La mitad de la culpa de esto, la tiene este disco. Ahí queda.
TEMAS CLAVE: “Smells Like Teen Spirit”, “Come As You Are”, “Breed”, “Territorial Pissings”, “Something In The Way”
VALORACIÓN: 10 (*****). Impacto incalculable en la música. Uno de esos discos que marcan un antes y un después. Imprescindible. Insisto, un 10 rotundo, el primero que pongo en Rockrítico.
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Genial, como siempre. Ahora bien:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=amLw-hTgXAI
A MIS DEPECHE NO LOS TOCA NADIE EHHHH???
Creo que en el fondo prefiero el "Nevermind" al "Ten", aunque me resulte algo raro admitirlo. Me parece mucho más completo. Eso sí, "Ten" tiene "Black", que es mi canción preferida posiblemente del grunge entero. Me resulta muy divertido cantarla imitando a Vedder, si bien la canción no podría ser más trágica.
P.D: http://www.youtube.com/watch?v=NN75im_us4k
Esto redime a la humanidad de casi todos sus pecados.
Les recuerdo a nuestros lectores que les he dejado los dos discos enteros por Youtube, solo con clicar en el título de cada disco. De nada ;)
ResponderEliminarPor mi lado, musicalmente me parece más rico el "Ten", de hecho me gusta más que el "Nevermind". Pero el impacto del "Nevermind" es absolutamente incuestionable.
Pd: si la canción original de Rick Astley ya era un atentado a la dignidad humana, este mash-up haría que Kurt Cobain se volviera a suicidar. Que ojo, pegan (demasiado) bien.
Solo tengo cuatro cosas que añadir a este artículo:
ResponderEliminar1) El "Nevermind" es, sin duda, un discazo (yo no le daría el 10, pero casi), si bien la reedición Deluxe 20 Aniversario que hicieron es una puta basura soporífera que no hay quien aguante. Cagada total.
2) "Jeremy", "Alive" y "Smells Like Teen Spirit" están en mi top 5 de canciones de grunge, de forma cre que indiscutible.
3) El "The Man Who Sold The World" del Unplugged de Nirvana es un puñetero atentado contra la humanidad. Todo ese directo lo es, en general, para mi gusto al menos.
4) Rick Astley es Dios, y con dignidad o sin ella, ese mash-up es la *****.
No entiendo este odio repentino al Unplugged en Nueva York de Nirvana. Es uno de los directos más queridos del rock, y muestra una faceta muy interesante de la banda.
ResponderEliminarPor otra parte, creo que mi top cinco de temas grunge sería:
1. Black de Pearl Jam
2. Would? de AIC
3. Smells Like Teen Spirit de Nirvana
4. Rooster de AIC
5. Say Hello 2 Heaven de Temple of the Dog
Sin contar obviamente el post-grunge ese...
Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen, me habéis hecho caso. A ver si como Rick Astley no me vais a dejar de lado bajando el ritmo de publicación XD.
ResponderEliminarHay, a mi gusto, una canción de Grunge que es el puñetero himno de los 90. Me sorprende que os la hayáis dejado, y no es ni más ni menos que "Black Hole Sun" de Soundgarden. Mira que me cae gordo Chris Cornell, pero esa canción es una maravilla de principio a fin.
ResponderEliminarAy, caribú, es que "Black Hole Sun" es la que completa mi top 5 del grunge, junto con el ya mencionado por Quixote "Rooster", de Alice In Chains :D Pero antes solo había dicho las tres de ese top 5 que aparecen en este artículo ;)
ResponderEliminarPor otra parte, Quixote, mi odio hacia el "Unplugged" no es repentino, viene de lejos, y se debe al hecho de que me parece un disco horribilísimo que me hizo condenar de forma injusta a Nirvana durante demasiados años.
Eh, que yo iba a poner "Black Hole Sun" también, pero me parecía demasiado típica. Por eso he decidido elegir a Temple of the Dog, que tiene también a Chris Cornell, pero el sonido es más "pearljamero".
ResponderEliminarMuy buena crítica. Son dos grupos a los que siempre he querido echar un ojo y nunca lo he hecho. A ver si me animo.
ResponderEliminarLlevo una semana con Come as you are en la cabeza. Jeremy es una gran canción.
PD: Ese mash-up debería ser juzgado en Nüremberg.
Dos cosas.
ResponderEliminarA) Depeche Mode. ¿Los Depeche Mode alegres? Y un cuernaaaaaacooooo XDDDD 'Music for the Masses', 1987, ya era negro como la puñetera brea, con esas 'bonitas' canciones como 'Never let me down again', 'Little 15', 'Behind the Wheel', 'Sacred'... jo*** si hasta 'Pimpf' da un mal rollo que lo flipas...
Y antes de eso de varios años antes ya tenías perlas de la siniestralidad como 'A question of lust', 'A question of time', 'Black Celebration'... así que de felices, más bien poco, poco.
'Ten' es un disco que personalmente nunca me ha llegado, pero admito mi ignorancia en el tema letras a las que no he hecho caso... aunque para mí el disco 'Dirt' de Alice in Chains es un mejor ejemplo del nihilismo grunge, en 'Ten' veo tristeza, pero no deseos masoquistas psicosuicidas como en 'Dirt', que era lo que caracterizaba más al grunge XD
Con respecto a Nevermin, de acuerdo al 200%. Ese disco es algo difícil de explicar y repetir en la historia. Y me alegro mucho que hayaís mentado el trabajo de producción de Butch Vig, el gran miembro de Garbage, porque sin él ese disco no hubiera sido ni la mitad de lo que es, su labor se nota muchísimo.