lunes, 5 de marzo de 2012

Lordi – The Arockalypse (2006)



Sabéis que, en las críticas que subo, me gusta respetar siempre que es posible un cierto componente de actualidad. En ocasiones, esta actualidad se debe a noticias bien acogidas (sea el lanzamiento de un disco, la reunión de una banda, un aniversario…); otras veces, a hechos más trágicos, como la disolución de un grupo o la muerte de algún músico. En este caso, se trata de una noticia perteneciente a esta última categoría: Tonmi “Otus” Lillman, batería de Lordi, falleció el pasado martes 14 de febrero (qué bonito San Valentín, sí), a los 38 años de edad, por causas que aún se desconocen. Se había unido al grupo hace dos años.

Probablemente a muchos os suene Lordi como aquel grupo de extravagantes heavies vestidos de monstruos que se subió al podio de Eurovisión en 2006, demostrando que también el rock duro podía mover masas de público comercial y poco metido en el género (de hecho, batieron un récord de puntuación con su victoria en el festival). Luego, desgraciada y misteriosamente, parecieron desaparecer del mapa. Nadie supo nada más de ellos (algunos les recordaron cuando en 2008 sus compatriotas Terasbetoni volvieron a representar a Finlandia en Eurovisión, aunque su actuación pasó bastante desapercibida), al menos, no entre el público general del que hablábamos antes. Pero Lordi también tuvo un pasado antes de Eurovisión. Y, aunque parezca mentira, un futuro.

Capitaneados por un líder carismático, surgen en 1992 en la mente de su carismático líder, Tomi Peteri Putaansuu (más conocido como Mr. Lordi), aunque no será hasta 1996 cuando el grupo se forme, con la unión de Amen a la guitarra (siendo el único miembro original, junto con Mr. Lordi, que permanece en la formación), G-Stealer al bajo y, un año más tarde, en 1997, Enary a los teclados. La idea original era tocar heavy metal de corte clásico con mucha parafernalia pirotécnica, y ocultos detrás de máscaras y trajes monstruosos. Como si fueran los hijos bastardos de Rammstein y Alice Cooper, pero más a lo bestia.

Su primer disco de estudio, Get Heavy, fue todo un éxito dentro de su país, y logró llegar al tercer puesto de las listas finlandesas, gracias a éxitos como “Devil is a loser” (una canción que utilizaron luego para defenderse de las acusaciones de satanismo que se vertieron en Eurovisión), o “Would you love a monsterman?”. El segundo disco, también maravilloso, The Monsterican Dream, mantuvo el listón en Finlandia y comenzó a hacerles un hueco fuera en el resto de Europa. Sería sin embargo el tercer álbum de estudio, The Arockalypse, que vio la luz en 2006, y su triunfo en Eurovisión lo que les llevaría a la fama mundial. Después de eso, sacaron dos discos más, en 2008 y 2010, aunque cada día su estrella se apagaba más.

The Arockalypse, queda claro, es el punto culmen de la carrera del grupo. Se abre con “SCG3 Special Report”, un tema de 4 minutos que reproduce el esquema de un boletín especial de noticias, y que pone en situación al resto del álbum, en una hipotética invasión a la tierra por parte de seres monstruosos, comandados por nuestros queridos fineses, que (en boca de Dee Snider, vocalista de Twisted Sister) afirman que el fin del mundo, el “Arockalipsis” ha llegado. El tema que le sigue, “Bringing Back The Balls To Rock”, no podía ser mejor para inaugurar el disco. Un auténtico himno al rock duro, se abre con una batería brutal y maravillosa, cañera a más no poder, con un sonido (sobre todo por la composición, y la letra), que me recuerda ligeramente a AC/DC. Los versos son maravillosos (“We are what we want to be, / monsters of rock, we are for real, / stand up for what you believe [and shout!]”), y el solo de guitarra de Amen inicia el álbum de una forma magistral. La canción se cierra con un grito a pleno pulmón, coreado por Mr. Lordi y el resto de integrantes: “Bringing back the balls, bringing back the balls to rock!”.

Comienza entonces “The Deadlite Girls Gone Wild”, con unas guitarras distorsionadas que anticipan lo que será el camino a seguir por todas las canciones de Lordi: baterías contundentes, voces guturales apoyados por coros mucho más dulces, y letras… digamos “bestiales” (“hey, stay away from the devil’s bride” o “can’t you feel the darkness falling? / Get the hell out! / Can’t you hear the heavens roaring?” son algunos de los poéticos versos de este tema), pero muy pegadizas. La sencillez de la composición, casi pop, contrasta con guitarras a menudo bastante virtuosas en las que Amen se luce sin reparos. “The Kids Who Wanna Play With The Dead” no solo sigue con el mismo esquema, e incluso tiene una letra con temática parecida (no-muertos que vuelven a la vida), sino que empieza de forma idéntica a la anterior. Las guitarras no son tan interesantes, pero los coros cobran mayor fuerza, la letra está más trabajada y Mr. Lordi hace gala de una voz de ultratumba, sí, pero también magistral a la hora de manejarse. La canción va creciendo tras el solo de guitarra, la instrumentación y los coros se hacen más potentes y culminan con un lúgubre “Oh, Lord, now we play with the dead!”.

Llega el núcleo duro del álbum, y la voz de Mr. Lordi se desgarra de forma trémula en la balada por excelencia del grupo. Canción que es como ellos: potente, bestial y acojonante. Si tuviese que encontrar un parecido sería, sin duda, el “Mutter” de Rammstein. Los coros son muy pegadizos (“Now it snows in hell / We’re done masquerading”), y en ellos se alternan Mr. Lordi y las voces de apoyo de forma bastante interesante. Tras un par de estrofas melancólicas y deprimentes, entra un solo de guitarra absolutamente sublime a cargo de Bruce Kulick (conocido por haber sido durante doce años el guitarrista de KISS), que entra en la canción y no sale de ella, alternando sus punteos con los versos de Mr. Lordi, y cerrando con notas distorsionadas que se van apagando junto a los versos finales (“I’ve gone away but I’ve got you in my heart / all frozen and scarred”) y los teclados insistentes de Awa. Le sigue “Who’s Your Daddy?”, otro de los temas más pegadizos del grupo que se preocupa de herir todas las sensibilidades que hubieran quedado intactas en el resto del trabajo. A decir verdad, la batería y los coros del principio prometen poco, pero el estribillo es brutal, en todos los sentidos (“Who’s your daddy, /bitch, who’s your daddy, /surrender and obey”) y las guitarras nuevamente maravillosas, de esas que recuperan el venazo más ochentero del heavy metal. Repetitiva, pero efectiva.

El siguiente tema es el himno de Lordi (y he de reconocer que la primera canción suya que escuché, y de las mejores), y es la canción que les hizo ganar Eurovisión: “Hard Rock Hallelujah!”. La estructura de la composición pierde algo del pop tan pegadizo de otras para acercarse más al tema heavy clásico, con dos estrofas entre las que se intercala un estribillo bastante largo que se repite un par de veces, y que seguro que todos habéis oído, aunque sea de pasada, en alguna ocasión (“Rock ‘n roll angels bring thyn hard rock hallelujah / demons and angels all in one have arrived”), antes de la última estrofa, maravillosa en directo, cuando Mr. Lordi va escenificando sus versos (“Wings on my back, / I got horns on my head, / my fangs are Sharp and my eyes are red”). La instrumentación, potente, crece en los coros (que son especialmente buenos aquí) y termina con un golpe final.

En “They Only Come Out At Night” se combinan las voces de Mr. Lordi con los agudos casi chillones de Udo Dirkschneider (ex-Accept y, actualmente, conocido por su formación U.D.O.). La temática de la canción sigue la misma línea que el resto y, a excepción de las guitarras, nuevamente, nada destaca especialmente en el tema. Más de lo mismo en “Chainsaw Buffet”, que comienza con el sonido de una motosierra al ponerse en marcha, y en la que los teclados cobran mayor protagonismo. Aparte de eso, y de unos coros más amplios (con más integrantes vamos), y a veces apoyados solo por la batería, es otro de sus temas pegadizos, con letra monstruosa, sin nada que lo haga realmente especial.

“Good To Be Bad” vuelve a herir ciertas sensibilidades, con versos como “All the naughty Lordi girls, / they know it’s good to be bad”. Las estrofas son más largas y trabajadas, pero a cambio se sacrifica la instrumentación, que es más pobre que en otros temas. Mr. Lordi y los coros, en su línea de siempre, con corrección, pero sin genialidad. El solo de guitarra, sin embargo, vuelve a ser maravilloso y la instrumentación de teclados y batería que siguen, para compensar las carencias anteriores, se lucen de forma magnífica. Ya cerrándose el disco vuelven con otro de sus grandes temas, “The Night Of The Loving Dead”, donde los vocales de Mr. Lordi se acercan bastante a la línea de “Hard Rock Hallelujah!”, y de hecho, la canción sigue un esquema parecido, aunque los coros tienen mayor protagonismo a lo largo de las estrofas. La letra es un tanto asquerosa (“Dressing sharp, au natural, / looking drop dead gorgeous, / sins of the rotten flesh for you to hold; / my caress is terminal / ‘cause my touch is torture, / there’s no way in hell I’ll let you go”), aunque no se le puede poner ninguna otra pega, porque está maravillosamente compuesta. Otra vez hay una estrofa breve a cargo de Mr. Lordi antes de un solo maravillosamente ochentero de la guitarra de Amen.

Después de un cierre final apoteósico de batería, entra la última canción del álbum, “Supermonstars (The Anthem of the Phantoms)” que abre con unos coros que, personalmente, me sacan de quicio. Batería machacona y versos cortos, intentando conseguir un tema pegadizo que solo se logra en los coros que se alejan del lado más macabro del álbum. La canción se cierra con los mismos coros martilleantes con los que empieza. Para ser sincero, no me parece la mejor forma de acabar un disco que, por otro lado, se hace bastante corto.

Tras el lanzamiento de este disco, que como ya digo supuso la cumbre de la carrera de Lordi, sacarían otros dos más, uno en 2008 y otro en 2010. Después de este último trabajo, Babez For Breakfast, el batería Kita dejó el grupo después de 10 años en la formación. No solo era una pieza clave en las actuaciones del grupo, sino uno de los que llevaban la mayor parte de la carga compositiva de los temas (siempre después de Mr. Lordi, claro está). A pesar de su importancia, cuando le sustituyó Otus, apenas se notó ningún cambio en la formación: entró con sutileza, supliendo el vacío que había dejado una pieza clave del grupo, y sin llamar la atención, como solo algunos de los grandes saben hacer. A él va dedicado este artículo.

Allez-y, mes ami!

Buenas noches, y buena suerte.

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LO MEJOR: “Bringing Back The Balls To Rock”, “The Night Of The Loving Dead” y “The Kids Who Wanna Play With The Dead”. A siglos luz de estas, “Who’s Your Daddy?”, “Hard Rock Hallelujah!” y, por supuesto, la maravillosa “It Snows In Hell”.

LO PEOR: “Chainsaw Buffet” o “The Deadlite Girls Gone Wild” no son nada del otro mundo. El principal problema del disco es que cumple sin problemas con un cierto nivel de calidad, y todos los temas son, en mayor o menor medida, buenos, pero no hay apenas cortes que se puedan considerar una genialidad. Y debería haberlos, porque esta claro que la formación tiene muchísimo talento.

VALORACIÓN: 8/10. Tiene puntos maravillosos, y otros no tanto. Desde luego, es un grupo que gana en directo.

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Lordi - The Kids Who Wanna Play With The Dead (directo)

Lordi - Who's Your Daddy?

Lordi - Hard Rock Hallelujah! (el video es bestial)

Lordi - It Snows In Hell

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4 comentarios:

  1. Amo Would you love a monsterman (L)

    ^^

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  2. Como fanático y seguidor incondicional de Eurovisión desde 2002, he de decir que la victoria de Lordi fue merecida, por mucho que me gustara (en aquella época, ahora no) la canción de Rumanía y pese a la participación de los míticos LT United por parte de Lituania.

    A ver que tal se da este año, que participan leyendas como Engelbert Humperdinck por Reino Unido y Jonsi de Sigur Rós con Islandia... Promete...

    Y aunque no tenga nada que ver, mi canción de Eurovisión favorita de la historia es el "Divine" de Sebastien Tellier. Buscad la actuación en Youtube y no os arrepentiréis.

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  3. No conozco "Divine", la buscaré... En temas de Eurovisión, aunque lo sigo poco, he de reconocer que tengo debilidad por dos canciones (aparte de "Hard Rock Hallelujah!"). Una es la finesa que ya he mencionado de Terasbetoni, que era algo así como "Misa Mieher Ratsastaa", o algo similar (está fatalmente escrito, es finés y tiro de memoria xD). Y la otra, que me encanta, fue de hace uno o dos años y quedó en segundo puesto, "We Could Be The Same", de maNga (eran turcos, creo).

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