Anathema es una banda complicada, una de esas que quizá debería apreciar más. Su mayor problema es a la vez su mayor virtud: son demasiado únicos e inconfundibles. No muy progresivos, porque no hay individualismos extremos; no muy alternativos, porque tienen las miras muy altas. Y por si fuera poco, sus orígenes están en el death doom metal, que viene a ser algo así como metal pesado, lento y siniestro con voces guturales.
Dicho esto, les respeto mucho. Su épico a la par que edulcorado "Untouchable" es uno de mis temas preferidos de los últimos años, y también me compré el disco que nos ocupa tras haberlo escuchado, lo que siempre es buena señal. A veces me sorprenden las cosas que me compro, sin embargo. Mentiría si dijera que este es uno de los álbumes que más pongo. Así que en cierto modo es casi una primera escucha.
Lo que Anathema mantiene de su etapa doom es su paciencia para elaborar paisajes sonoros mastodónticos que se repiten e hipnotizan. "Deep" inaugura el álbum alternando poderosas guitarras con versos suaves, Una de las quejas que la gente podría tener es que la voz de Vincent Cavanagh es inexpresiva, cosa comprensible, pero parte del atractivo es que se funde bien con el fondo. La música de Anathema es un todo, quizá más sólida que la de la mayoría de las bandas del planeta. La estructura de este tema es engañosamente compleja: a partir de los insistentes versos vemos venir riffs y interrupciones melódicas de todo tipo, cambios en la dinámica, y como quince secciones diferentes. Eso explica el que sean considerados un grupo de rock progresivo, aunque se quitan y ponen la etiqueta a placer.
Las guitarras son ominosas y forma una gigantesca capa que cubre todo el sonido. "Pitiless" suena un poco a Alice In Chains. Un montón de disonancias tambaleantes y un ambiente como de otro mundo, por no mencionar un solo de guitarra descomunal y ruidoso. Si hay una palabra que defina a Anathema, es que son "pesados" en casi todos los sentidos. Hacen música que se toma su tiempo, muros de overdrive y sintetizadores, voces graves que resuenan tanto como las limpias guitarras. Son contradictorios, porque a un tiempo tienden a no hacer nada particularmente excitante, pero son asequibles y te dejan con ganas de saber lo que viene a continuación.
La instrumental "Destiny is Dead", con esos armónicos sincopados tan pink-floydescos, da paso a "Make It Right", que entra con un gran guitarreo lleno de flanger. La construcción de las canciones empieza a ser predecible: estrofa aburridilla, con quizá alguna armonía vocal y guitarras sin distorsión, que dan paso a un estribillo más poderoso, con teclados y acordes eléctricos. Repetir un par de veces, y añadir quizá algún outro extra. Por supuesto, todo está hecho con una elegancia y una calidad supremas, pero la solidez y la constancia en mantener este mismo estilo todo el rato hacen de la tarea de analizarlo un reto. Así que si no menciono alguna canción de las que quedan, es porque se adhiere muy bien a esta descripción.
"One Last Goodbye" tiene la clásica estructura de balada, creciendo gradualmente en amplitud y desembocando en un gran solo. "Parisienne Moonlight", por su parte, nos ofrece una visión al futuro de la banda, en el que figura la cantante Lee Douglas, que tomaría más protagonismo con el tiempo, haciendo al grupo más asequible.
Las canciones se suceden de forma natural: "Judgement" comienza de la forma que venimos esperando, pero otra canción le persigue por detrás. Es un poco raro. Las voces empiezan a desvanecerse, el ritmo se acelera, más, más, más, y hay gritos y todo se detiene. Y luego llega lo más emocionante de todo el disco: la única vez que el tempo está por encima de 80 compases por segundo, poco más o menos. ¡Por fin! La verdad es que se agradece un poco de velocidad, aunque haya tardado ocho canciones. Eso sí, de repente se acaba, sin más.
Quizá la canción más interesante del disco sea "Don't Look Too Far", o al menos la que más me gusta. Es, por supuesto, relajada, pero tiene un estribillo que, pese a constar de cuatro palabras, es bastante memorable, al menos por el gran trabajo de guitarra digno de Kirk Hammett. "Emotional Winter" tiene más de eso en su inicio (Knopfleriano, en este caso), para luego dar pie a otro potente y sutil crescendo soportado por una gran batería.
El inicio de "Wings of God" es también bastante interesante. Tras los extraños sonidos con los que acaba el tema anterior, esta canción va directa al grano y decide no perder el tiempo en crear tensión. Quizá su novedad venga dada por el hecho de estar en compás ternario, quién sabe. La sección intermedia viene dominada por el bajo, y crea quizá uno de los momentos más "prog" del álbum (es la canción más larga, comprensiblemente).
El último tercio del disco, por tanto, resulta quizá mejor que el resto, cosa no demasiado habitual. Igual es sólo que he tardado en acostumbrarme. Como momentos especiales, tenemos el piano de "Anyone, Anywhere", y el agradable instrumental que cierra el disco, "2000 & Gone".
En síntesis, entiendo porqué me lo compré. Me gusta. Pero también entiendo porque lo tengo dejado un poco de lado. Es algo pesado de escuchar. En cualquier caso, un disco más que decente, aunque es necesario tener la mentalidad adecuada para afrontarlo, porque tanta melancolía en una sentada no puede ser buena.
P.S: Los vídeos de este disco están bloqueados en España por algún motivo, así que pongo el link en Spotify para quien quiera.
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¿Tengo que escuchar esto?: Hmmm. Si conozco al público de este blog, creo que puede interesarle Anathema mucho (salvo que sean de los que vienen por Bisbal). Puede no gustarles, pero una escucha nunca está de más, y este es su álbum mejor valorado.
Si solo tuviera que escuchar una canción: me gusta mucho "Don't Look Too Far", aunque en general son todas parecidas.
¿Dónde debería escuchar esto?: Déjame pensar... Creo que el marco perfecto sería en una aldea en el bosque, bebiendo un extraño brebaje con miel, y sabiendo que estás a punto de ser asesinado por unos bárbaros, o algo así. Igual no.
Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Lo considero algo así como una mezcla entre Porcupine Tree, Alice in Chains, Peter Murphy y los Cradle of Filth. Así que elige tú.
Valoración: ***
NOTA ACTUALIZADA 2017: 22/30
Valoración: ***
NOTA ACTUALIZADA 2017: 22/30
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