miércoles, 9 de mayo de 2012

Machine Head – Unto The Locust (2011)



La primera vez que escuché a estos ya no tan jóvenes y greñudos metaleros californianos, fue hace cosa de unos meses, después de que mis queridos Salva y Adri me los estuvieran recomendando una y otra vez durante días y días. Ya había oído hablar del grupo alguna vez, aunque nunca les había dado una oportunidad, así que dije “qué demonios, vamos a ello”. Lo primero que escuché fue el disco que traigo hoy, Unto The Locust; lo segundo, su eternamente laureado y nominado a un Grammy The Blackening, lanzado en 2007. Y cuando terminé, un pensamiento se abrió paso en mi cabeza: “Estos tíos son lo mejor que le ha pasado al trash metal desde Metallica. Sin ninguna duda”.

El grupo lo forman a finales de 1991 Robb Flynn (a la voz y la guitarra) y el bajista Adam Duce, siendo los únicos que se mantienen en el grupo hasta la fecha. Logan Mader, como guitarrista, y Tony Constanza como batería se unirían en un primer momento, aunque hoy en día sus puestos los ocupan Phil Demmel y Dave McClain, respectivamente. Y en estos 21 años se han tomado las cosas con calma para sacar 7 álbumes de estudio y uno en directo. Y esa paciencia y buen hacer son lo que los ha convertido en uno de los grupos más valiosos y reconocidos del género (de hecho, el Unto The Locust está ampliamente considerado como uno de los tres mejores discos de metal del año pasado, junto con los últimos trabajos de Mastodon y Nightwish; y The Blackening ha sido votado como el mejor disco de metal de 2007).

Si hay una característica que define a estos chicos, es su virtuosismo en las guitarras y sus desaforados guturales. Pero también saben combinar eso con unas dosis de épica increíbles. Y desde el primer corte del trabajo, “I Am Hell (Sonata in C#)”, la pieza más larga del disco (ocho minutos y medio), dividida en tres partes. Unos coros salmodiando “Sangre Sani” dan paso en el primer minuto a guitarras con riffs lentos y machacones y unos desgarrados guturales de Robb Flynn, que es un auténtico maestro cantando lo que se le ponga por delante. Ya en el segundo minuto llega el sello de identidad del grupo, con toda la instrumentación acelerada y potente, y un estilo muy agresivo, como el de los Metallica de “Battery” (de la que hicieron un maravilloso cover en el The Blackening). La letra es bastante siniestra (“Die, purify,/ rise the ashes to the sky” o “Where once a heart was beating/ nothing but embers glow” y versos similares se suceden constantemente), y las guitarras desde el primer momento demuestran su maestría, llegando a acaparar a veces toda la atención de la canción. Sin darnos cuenta han pasado ya casi 5 minutos y las guitarras empiezan con sus solos vertiginosos e imposibles de seguir, en un pequeño descanso vocal que hace Robb entre las estrofas amenazantes y los coros rabiosos. En el 6.30, de repente, hay un cambio increíble, y todo se desvanece para dejar paso a unas acústicas melódicas que ralentizan el tempo de la canción. No podía durar, así que nuevamente vuelven las guitarras desenfrenadas, luciéndose como antes, y una batería potente, que dan el broche final a la canción.

“Be Still And Know” comienza con esas guitarras maravillosas y una batería a ritmo de fanfarria militar. Cuando entra el resto del grueso instrumental la canción no difiere mucho del tema anterior, y son los coros y las guitarras los que marcan esa diferencia, con un ritmo más acelerado y frenético, y también más épico (no tan gutural como la anterior), pero con unas letras también similares. El obligado solo del tercer minuto es maravilloso, y desde ese momento las guitarras se comen por completo la canción, que retoma un poco el mismo esquema de la primera parte, cada vez más épica y lenta (en la voz, porque los instrumentos siguen a su rollo). Llega después uno de los mejores cortes del álbum, “Locust”, con una brevísima intro acústica (aunque las guitarras acústicas se mantienen un poco más, ya con el resto de instrumentos) que da paso, otra vez a esas guitarras aceleradas y baterías brutales. Es curioso como estos chicos, aunque siempre sigan la misma tónica, nunca se hacen repetitivos, sino que cada canción se distingue perfectamente de la anterior. Aquí la nota característica son los pegadizos y bestiales estribillos que se repiten cada poco tiempo (“Down they come/ the swarm of locusts,/ skies above,/ converge to choke us…”), y el solo de guitarra llegando al cuarto minuto, que es de los mejores que he oído nunca, a pesar de su sencillez, y que dura más de minuto y medio.

Con “This Is The End” llega otro de los puntos fuertes del álbum, casi una balada (y digo “casi” porque no lo parece en absoluto, pero algo tiene de ello) con una preciosa introducción acústica y unas guitarras que harían palidecer de envidia al mismísimo Jimmy Page. El ritmo es frenético, de los más rápidos de todo el trabajo, y vuelven a sobresalir esos estribillos guturales aderezados con coros mucho más melódicos. La letra es positiva y alegre (“Bastards, you bastards,/ may you suffer, oh, so long,/ bastards, you bastards, so long./ Brothers, my brothers,/ why have you forsaken thee?”) y… vale. Retiro lo que he dicho sobre una balada. El tema es un canto al odio y la brutalidad en toda regla. Un odio y una brutalidad cometidos casi de forma poética. Con solos de guitarra más heavys que el infierno y más rápidos que el Ferrari de Schumacher. Pero poético, al fin y al cabo.

“Darkness Within” parece compuesta por otro grupo. La letra es mucho más personal y desgarrada, sobre alguien que lo ha perdido todo (con versos increíbles como “We build cathedrals to our pain,/ establish monuments to obtain/ freedom from all the scars and the sins”), pero no es eso lo que la diferencia del resto, sino el hecho de que durante más de minuto y medio solo hay una guitarra acústica acompañando a Robb Flynn, que abandona los guturales para hacer gala de una voz melódica y maravillosa que mantendrá durante casi todo el tema, más propia de rock ochentero que de un grupo de trash metal. El ritmo sí que es, esta vez, muy baladero, y los instrumentos, aunque igual de potentes y virtuosos que antes, son muchos más lentos, y se mantienen en un segundo plano, por detrás de la voz (exceptuando, claro está, un solo de guitarra a mitad de canción). Entran algunos guturales en el coro que berrea “Music, my savior, save me!”, pero duran poco antes de dar paso nuevamente a los estribillos anteriores. Cierran el tema las guitarras y comienza “Pearls Before The Swine”. Vuelven la batería potente, la guitarra y los guturales de los primeros cortes del disco, que esta vez me recuerdan bastante a algún tema del Fever de Bullet For My Valentine. Los guturales están cantados con una maestría muy interesante (hay gritos interminables por ahí, de esos que casi merecen un hueco en la lista que hice el otro día), pero aparte de eso y de la instrumentación (otra vez un solo en la mitad de la canción, y uno más ya llegando al final… la fórmula está un poco trillada ya, la verdad), poco hay que destacar del tema.

El último tema propio del grupo en el disco, “Who We Are”, es otro de sus platos fuertes. Unos coros de niños cantando “This is who we are,/ this is what I am,/ we have nowhere else to go,/ divided we will stand” le dan un toque bastante tétrico, que no hace sino acentuarse cuando Robb los repite con sus guturales. Las voces son de las más rápidas del tema, aunque la instrumentación se mantiene en la misma línea de siempre. Estribillos corales agresivos, estrofas y solos acelerados hasta la saciedad… Vuelven los coros de niños y Robb abandona (ligeramente) los guturales para la puntilla final, otra vez con esa batería de fanfarria. Todo muy épico, muy grandioso. Y de lo mejor del trabajo.

Acaba el disco con tres temas bonus (se ve que 48 minutos de disco les parecían pocos), que consisten en versiones del “The Sentinel”, de los Judas Priest (Robb no da el pego como Rob Halford, pero se pega bastante bien a su estilo, el cover es absolutamente magnífico); y el “Witch Hunt” de Rush (también un cover muy correcto). La última pieza es una bonita versión de “Darkness Within”, esta vez completamente en acústico.

Termina ya el disco y he acabado completamente exhausto mentalmente. Exige muchísima atención para poder escucharlo bien, y a pesar de que la fórmula es básicamente la misma en todo el trabajo, no se hace repetitiva en ningún momento. Aunque desde luego es un estilo peculiar que no gusta a todo el mundo, a mí me ha fascinado (y eso que generalmente no soporto los guturales).

Por hoy me despido. Allez-y, mes ami!

Buenas tardes, y buena suerte.

---------------------------------------------------------------------------------

LO MEJOR: Las guitarras, en general, son pavorosamente (sí, pongo adjetivos al azar para realzar mi postura) increíbles. A destacar la mayoría de temas: “I Am Hell (Sonata in C#)”, el cover de “The Sentinel”, “Locust”, “Who We Are”, “This Is The End” y, la grandiosa “Darkness Within” (en cualquiera de sus dos versiones, aunque la acústica quizás sea un poco más sosa, a pesar de ser preciosa).

LO PEOR: a veces se pasan con los guturales. Otras, repitiendo el mismo esquema de la canción. Pero como digo, no solo no se hace repetitivo, sino que siempre te parece estar escuchando algo diferente. En ese sentido, son más flojos los temas que menos aportan, como “Be Still and Know” o “Pearls Before The Swine”.

VALORACIÓN: 9/10. Altamente recomendado. No es para todos los oídos, es cierto, pero merece la pena aunque solo sea darle una oportunidad.

---------------------------------------------------------------------------------
Machine Head - I Am Hell (Sonata in C#) [Lyric Video]

Judas Priest - The Sentinel (Machine Head Cover) [Lyric Video]

Machine Head - Who We Are [Lyric Video]

Machine Head - This Is The End [Lyric Video]

Machine Head - Darkness Within [Lyric Video]

Machine Head - Locust [Official Video]

Related Posts

7 comentarios:

  1. Si te digo la verdad, estoy de acuerdo en líneas generales con la crítica. Personalmente, me he descojonado vivo con el párrafo que le has dedicado a "This is the End". Tranquilicos, lo que se dice tranquilicos, no son estos chicos la verdad.
    Sin embargo aprovecho para aportar alguna cosilla a esta crítica.
    Es admirable la producción de este disco, descarnada y sofisticada a la vez, pensada para el directo (territorio natural de Machine Head, son una verdadera apisonadora en este sentido), pero a su vez con muchos matices.
    Por otro lado, en líneas generales este disco contiene una grandísima fuerza melódica que ya quisieran para sí (atención: sacrilegio) bandas más o menos contemporáneas suyas como Pantera o Sepultura, siendo un rollo muy simlar.
    Y sobre todo, lo que destaca del álbum es ese precioso canto de amor a la música que es "Darkness Within". Un crescendo de libro, guitarras cautivadoras y brutales, según necesario, y una letra directa al corazón de cualquier melómano. Sin ir más lejos, esta canción tiene un verso que en mi modesta opinión, sería idóneo para éncabezar este blog: "Music, it will set you free."

    PD: He borrado el anterior comentario, debido a alguna falta de ortografía ignominiosa que el troll que tengo por teclado me ha forzado a hacer.
    Hala, música y salud, amigo!!

    ResponderEliminar
  2. George, has vuelto a tener la misma cagada al decir "trash" metal en lugar de "thrash" metal. Salvo por eso (y porque "pavorosamente" es un adverbio), gran crítica.

    Vamos a la música: está claro que este no es mi estilo. Ahora bien, he escuchado "Darkness Within", que es la que habéis destacado ambos, y es fantástica, una vez que culmina no da un respiro al que la escucha.

    Así que he escuchado un par de ellas más, lo que ha impedido mi estudio notablemente. La descarga ultrarápida de "I Am Hell" ha sido demasiado para mi, y he agradecido la relativa vuelta a la tranquilidad del último par de minutos. Y luego la famosa "This is the End", donde cogen al principio de Metallica todo lo que quieren, y luego vuelven a dar caña. Me han gustado bastante menos, pero es lo que hay.

    En cuanto al "sacrilegio": por lo poco que he escuchado, y dejando claro que mi entendimiento sobre el tema es escaso, veo a Machine Head como una banda de "melodic thrash metal" (género que seguro que existe), y efectivamente tiene mucha más fuerza melódica que Pantera o Sepultura. ¿Por qué no se han hecho tan conocidos como estos? Pues no lo sé.

    En resumen: temo que me empiece a gustar este tipo de metal. Y la culpa es mía por empezar a escuchar a Iron Maiden.

    ResponderEliminar
  3. Sí, "trash" significa "basura", y "thrash" significa golpear, término mucho más acorde a este tipo de metal. La diferencia es sustancial. Por otro lado, podemos decir que "pavorosamente" es un adverbio adjetivado =P.

    Por último, respecto a los géneros, el ser humano tiene un afán por etiquetar todo lo que le rodea, y en la música más. Por ejemplo, a System of a Down, ¿dónde lo catalogamos? ¿Lo metemos en "Nu-Metal", lo metemos en "New Wave of American Metal", lo metemos en "Metal Progresivo", en "Hard Rock del siglo XXI"?, porque si nos ponemos exquisitos, tiene elementos de cada uno de los "géneros" que acabo de nombrar. Todo esto, cuando el fan medio, tras haber escuchado toda esta verborrea te suelta: "Pues no sé. Son System y punto."
    A disfrutar de la música, que es lo que importa!!

    ResponderEliminar
  4. Joder, matadme por lo de "trash", siempre la cago en lo mismo... Y temo que siempre la cagaré. Incluso en la próxima de Koma que suba lo escribiré mal otra vez, fijo xD

    En el párrafo de "This Is The End" la verdad es que quedé orgulloso con las estupideces que digo xD Y tienes razón en lo de "Darkness Within", el verso de "Music, it will set you free" es cojonudo, al igual que el resto de la letra. Por otra parte, estoy de acuerdo con lo que dices de la producción, que es maravillosa, y con el sacrilegio. MH son infinitamente más melódicos que Pantera y Sepultura. A los primeros les tengo poco trabajados, pero los brasileños, a los que sí que he escuchado más, son una descarga de brutalidad y barbarie, no hay rincón apenas para la melodía en ellos (por eso me gustan mucho menos, básicamente), a pesar de que toquen temas con Carlinhos Brown (o como demonios se escriba). Pero vamos, que estos chicos cada vez van siendo más y más conocidos (y reconocidos), y con mucha razón.

    Volviendo al tema de los géneros, yo también soy a veces de encasillar mucho, aunque otras veces me quedo con un sencillos "es metal, y a tomar por culo" (aunque también está el problema de que el metal es un compendio amplíiisimo de géneros). Y en cuanto a SOAD siempre lo he dicho, crearon un género propio que no tardarán en seguir muchos otros grupos: "Armenian metal". Sin duda alguna xD

    En fin, gracias a ambos por leerlo, me alegro de que os haya gustado la crítica (y lamento que no te hayan gustado tanto "I Am Hell" y "This Is The End", Moctezuma, aunque también es cierto que prefiero infinitamente "Darkness Within"). Ah, y sí, "pavorosamente" es un adverbio, pero normalmente lo que pongo al azar son adjetivos xD Y de hecho, habia puesto "pavorosas, increíbles". De ahí que hable de adjetivo xD

    P.D: hablando de los Maiden... Moctezuma, ¿harás tú la crítica del Seventh Son, o me ocupo yo de ella?

    ResponderEliminar
  5. En cuanto a lo de encasillar, he decidido llamar a partir de ahora a todo "pop". Es una forma de no equivocarse.

    Y, en cuanto a lo del Seventh, me encantaría hacerla a mí, pero siendo tú el corresponsal del metal y de la música española, posiblemente te corresponda más. Pero como te parezca.

    ResponderEliminar
  6. Como tú dices "corresponsal del metal y de la música española". Esta tarde (mañana, como mucho) me hago una de Koma, que cumple las dos cosas. Y te dejo a ti el Seventh :)

    ResponderEliminar
  7. Vaaaaaaale. La verdad es que me hacía ilusión xD.

    ResponderEliminar