Fightstar - Be Human (2009)

A lo mejor, dentro de unos cuantos años, Justin Bieber se despierta una mañana y grita: "¿Qué he estado haciendo con mi vida? Voy a dejarlo todo y dedicarme al metal". Según confesó recientemente en una entrevista, le gusta la primera etapa de Metallica, especialmente el "Black Album". No tiene pinta de ser una estrategia de publicidad para limpiar su nombre, ¿no? La cuestión sería: si de verdad ocurriera y Bieber se convirtiera en el nuevo Ozzy, ¿los metaleros que antes se metían con él se harían sus fans?

Os preguntaréis a dónde quiero llegar. Tenemos aquí a Fightstar, un grupo cuyos orígenes son similares. El fundador de la banda, Charlie Simpson, empezó como miembro de la boy-band pop-punk Busted, el equivalente masculino a lo que escuchan niñas de trece años que se creen muy rebeldes. O sea, Avril Lavigne.

Ni que decir tiene, por supuesto, que Fightstar está a otro nivel. Es una banda incalificable, en cuyas canciones se puede encontrar cualquier cosa, desde Händel hasta puro thrash. Y por supuesto, su audiencia ha cambiado.

"Calling On All Stations" sirve como buen comienzo. Ese tono orquestal, pero por otra parte muy pop, va a ser algo constante en todo el álbum. Con una buena producción, y sin duda gran habilidad técnica, la única pega que le pongo es la voz. Charlie suena como si se estuviera ahogando continuamente. Es algo soportable, por supuesto, pero con otra voz esto sería completamente sensacional.

Por si el conjunto no fuera ya lo suficientemente ostentoso, en "The English Way" meten a un coro de niños. La canción es estupenda, y tiene un estribillo potente y pegadizo al mismo tiempo. Charlie parece mejor aquí, tal vez sea porque la canción se adapta mejor a él. Si hubiera que definir el estilo, sería pop-rock (del clásico británico de los últimos años), pero pasado por un filtro heavy. Por lo menos de momento. Y los últimos segundos son metal, y ya está.

Sigue por la misma línea "War Machine", donde Charlie nos comienza a demostrar que también sabe gritar, y bastante bien. Las cuerdas siguen teniendo un lugar muy destacado, así como los coros. Es un festival de los excesos. Quien se luce en la alegre y popera "Never Change" es el batería Omar Abidi: cencerros, campanitas... La canción parece una excusa para darle golpes a cualquier cosa. Sin olvidar la química que tienen Simpson y Alex Westaway, tanto con la guitarra como con la voz.

El momento post-hardcore, palabra a la que se recurre mucho al intentar definir a Fightstar, llega por fin "Colours Bleed to Red", donde Westaway (con una voz más aguda y pop) se turna con Simpson en las estrofas. Eso sí, el estribillo ya es puramente melódico. El final del tema es apocalíptico, con Charlie berreando (George, tienes que actualizar tu lista, porque es realmente impresionante) y el resto explotando en un estallido heavy.

Entre las palmadas y la armónica del principio, las melodías Beach Boys del medio y el piano a lo Maroon 5 de las estrofas, "The Whisperer" parece la canción más compleja estructuralmente. Debe tener como cinco o seis partes distintas, y solamente una o dos se parecen a algo de lo que hemos escuchado previamente. "Mercury Summer", por el contrario, vuelve al sonido del principio del álbum, lo que propició que fuera lanzado como segundo single, ya que, sin ser especialmente destacable, es una muestra representativa del sonido de la banda.

"Give Me The Sky" suena como una mezcla entre The Cure, por los fraseos de guitarra, y Porcupine Tree (la voz de Westaway y la de Steven Wilson en las estrofas resultan extrañamente similares), y es de lo más tranquilo del álbum. Sin embargo, "Chemical Blood", comienza a lo Dream Theater para volver a la calma en las estrofas y de forma evidente, convertirse en metal extremo y chillón después para, con las maravillosas cuerdas de fondo, relajarse un poco en el estribillo. Sensacional, no es fácil encontrar a un grupo que coja tanto de tantas fuentes y lo sepa incluir todo sin costuras en un sólo tema. Otro punto positivo para Omar Abidi, fantástico y responsable de que todo fluya correctamente al pasar de una sección a otra.

Con el principio de "Tonight We Burn", cantado por Westaway, y el ritmo electrónico, parece que hemos vuelto a la etapa boy-band. El estribillo, en esa misma línea, no lo salva. Como canción pop, está bien, pero después de la tremenda "Chemical Blood", como que corta el rollo.

En cualquier caso, tenemos los primeros treinta segundos de "Damocles", y me he tenido que convencer de que Matt Bellamy no ha metido mano por ahí. Justo después del primer rasgueo de guitarra, he pensado que le iba a oír abrir la boca, pero la intensidad se ha multiplicado por setecientos y Charlie ha empezado su momento mega-death-heavy-extreme metal. Para luego un momento más tranquilo en el estribillo. Y, de nuevo, los últimos treinta segundos son dignos de Chuck Schuldiner, donde quiera que esté.

Y, para terminar, "Follow Me Into the Darkness"comienza como una balada lenta y siniestra, con un tempo aproximado de 20 compases por hora, para llegar al clímax del álbum con un crescendo épico liderado por el piano. A los que han disfrutado con canciones como "Damocles" o "Chemical Blood" les va a dejar fríos, pero es una bonita manera de acabar.

En resumen, si hay algo malo de este álbum, es que Charlie Simpson perdió cinco años con Busted en lugar de hacer cosas como esta. ¡Aprende, Bieber!

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LO MEJOR: "Damocles", "The English Way" (muy pegadiza) y, sobre todo, "Chemical Blood".

LO PEOR: "Tonight We Burn". Por cierto, a la voz cansina de Charlie te acabas acostumbrando.

VALORACIÓN: 8/10.

NOTA ACTUALIZADA 2017: 15/30
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VIDEOS:

Chemical Blood
Damocles
The English Way
The Whisperer

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